IMPERIAL STATE ELECTRIC – Sala Bóveda (04/05/2013)

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Solo el nombre de Nicke Andersson ya atrae la atención del público, tanto metalero como rockero. Este polifacético músico y artista se pasaba con sus IMPERIAL STATE ELECTRIC (una de sus pocas bandas en activo en estos momentos junto a DEATH BREATH) por España, y nosotros nos acercamos a verlos a Barcelona, al evento inaugural de la recién estrenada sala Bóveda (antigua Mephisto). Aquella iba a ser una noche de Rock n’ Roll a cargo de los suecos, que venían presentando su último «Pop War», y sus compatriotas de SATAN TAKES A HOLIDAY.

Comenzaron caldeando el ambiente SATAN TAKES A HOLIDAY, con una propuesta única, a veces caótica, pero también fresca, muy rockera y festiva, ideal para calentar motores en una noche como aquella. Un concierto con unas canciones directas, una banda dinámica que supo llenar el escenario y entretener, incluso animar al público a cantar sus temas. Unos temas sencillos, con garra, como «Candy in Mouth» o «Who do you Voodoo», de su último álbum con ese mismo nombre. Buen sabor de boca el que dejaron SATAN TAKES A HOLIDAY con su Rock sencillo y directo, pero único. Caldearon bien el ambiente, y el público ardía ya en deseos de ver ya a IMPERIAL STATE ELECTRIC sobre el escenario, que no se dejaban caer por España desde que telonearan a KISS en su gira del Sonic Boom.

 

IMPERIAL STATE ELECTRIC saltaban sobre el escenario de la Sala Bóveda, y Nicke Andersson, sin separarse de su gorra, dejó claro que lo que veíamos sobre las tablas no era Nicke, sino Nick Royale, su alter-ego rockero, un verdadero rockstar que cuida tanto las poses, la imagen sobre el escenario, como las dotes musicales que siempre lo han acompañado. Hace mucho que se pegó a su gorra y su guitarra para no soltarlas, y todo lo que hace con ellas es una auténtica maravilla. Como el concierto que nos ofrecieron.

Salieron al escenario con ganas, arrasando con todo, con energía y pasión, como unos recién llegados. Muchos echaban de menos a HELLACOPTERS, pero después de una actuación como aquella pocos se acuerdan del pasado y tienen claro que el presente es esto. El presente es IMPERIAL STATE ELECTRIC. El presente, y el futuro, es ese Rock de base cincuentera, con cosas del Rock de los 70 y 80, hasta del Pop de los BEATLES en lugar del aire Punk de su difunta banda.

El presente era lo que teníamos delante, y no pudimos hacer otra cosa que no fuera admirarlo. Lo admiró el numeroso público que prácticamente llenaba la sala, coreando los temas, bailando. Lo cierto es que, desde el escenario, la banda montó su propia fiesta, e hizo que los asistentes se unieran a ella. Alegría, buen rollo… Pocos son los conciertos, o las bandas, que transmiten sensaciones así, que te hacen sentir partícipe. Gran conexión con la audiencia, gran dinámica, una forma como nadie de levantar hasta al de la últimísima fila.

La fiesta la crearon con cortes tan pegadizos como «Uh Uh» o «Deja Vu», las cuales es imposible no corear, siguieron con «Redemptions Gone», e incluso en algún momento hicieron un guiño a la intro de «Black Diamond», puesto parece KISS de los 70 son una de sus grandes influencias. Aún repasando «Pop War», con obvios tintes, de Power Pop, no pasaron por alto «Monarchy Madness», «The Narrow Line» o «Sheltered in the Sand». Como decía, este último disco tiene mucho de Power Pop pero, sin duda, las canciones de el ganan fuerza y dosis rockera sobre el escenario. En general el combo gana sobre el escenario, saben cómo obtener un sonido perfecto, se muestran como una máquina perfectamente acompasada y engrasada y, sobretodo, saben cómo divertir. El escenario se les quedó pequeño, y en parte por las ganas. Incluso en un momento del concierto Nick hizo, de un salto, un agujero en el suelo del escenario. Pasión como esta no se ve a diario, y menos por parte de un veterano.

Los estribillos pegadizos mejoraron la noche, hicieron que la fiesta que era el concierto fuera aún más grande, y no faltaron en pistas como «Throwing Stones», tras la cual y con una ovación unánime, IMPERIAL STATE ELECTRIC se marcharon del escenario antes de volver con los bises, unos ases que tenían guardados bajo la manga. No podrían haber elegido mejor las cartas con las que jugaron el final de una inigualable actuación: «Leave my Kitten Alone», versión de LITTLE WILLIE JOHN, que hizo bailar y saltar a todo el mundo, y después otra versión (en esta ocasión de THE KIDS) que no podría definir mejor la actuación que habíamos presenciado: «This is Rock and Roll». Fiesta, energía y buen hacer que se contagió al público desde el primer instante, pero ese final fue el clímax absoluto. Supieron cómo mantener las ganas del público barcelonés, es más, supieron como ir mejorando poco a poco el concierto, con su dinamismo, con los temas… Hasta que el final se convirtió en una verdadera traca. Aunque la traca llegó al final con una verdadera explosión como es «Holiday from my Vacation», posiblemente el corte más coreado de la noche. Himno imprescindible y perfecta guinda a ese exquisito pastel.

 

Impresionantes IMPERIAL STATE ELECTRIC, y no solo por los buenos temas que suenan mejor en concierto, por el gran repertorio perfectamente escogido, por ser una verdadera máquina sincronizada a la perfección, sino por la forma en que estos tipos se mueven el escenario como verdaderos rockstars, por su presencia, por el todo que logran crear en directo. Es formidable que artistas como Nick, tras tantos años de trayectoria, tras tantos trabajos, proyectos, etc., mantenga las ganas del primer día. Es más, cuando apareció en la sala entre el público para pinchar, una enorme sonrisa no se le borraba de la cara. Merecidísima ovación con la que se marcharon los suecos. Amor recíproco.

 

Tania Giménez

tania@queensofsteel.com

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