Iced Earth Spanish Tour 2011 – Sala Salamandra 10/11/2011

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Si nos acercábamos el 10 de noviembre a la sala de Hospitalet, Salamandra, estábamos seguros de que disfrutaríamos de una considerable y potente dosis de buen Heavy Metal de la mano de dos jóvenes promesas y de una banda ya consagrada. Los primeros teloneros y encargados de ir caldeando el ambiente eran los ingleses FURYUK, una banda que editó su debut en 2005 y que, hasta ahora, han lanzado 4 trabajos de larga duración pero, a pesar de ello, son prácticamente unos desconocidos. Los siguientes eran los californianos de WHITE WIZZARD, una promesa que ha encandilado a los amantes del Heavy Metal con su reciente «Flying Tigers» (aunque ya dieron que hablar con su primer «Over the Top») y, finalmente, los legendarios ICED EARTH, que venía presentando su nuvo disco «Dystopia» y también su nuevo cantante, Stu Block.

Poco después de las 19:30 de la tarde salían al escenario los jóvenes de FURYUK, quienes supieron meterse al público en el bolsillo por diversos motivos. Y esos motivos pueden ser sus ganas sobre el escenario, que se transmitieron a la audiencia desde el primer momento pero, sobretodo, su buen hacer y su calidad (algo que, después de lo visto, no queda grabado únicamente en el estudio). Cuando comenzaron su actuación la sala

permanecía prácticamente vacía pero, poco a poco, se fue llenando y acudiendo al directo del trío de inglés.

Estos chicos dieron una buena clase de cómo interpretar, como no, un buen estilo con muchos toques de NWOBHM pero también de Hard Rock, con grandes guitarras y ritmos galopantes, además haciendo gala de una potente base rítmica que en directo no da tregua. De hecho transportan perfectamente al escenario lo que crean en el estudio. En su repertorio interpretaron cortes como «Fall from Grace», «Manslaughter» o «Death by Lightning».

Estoy segura de que los que no conocieran a estos chicos, a partir de ahora les seguirán muy de cerca, pues con su estilo clásico han dejado a todos con un buen sabor de boca y su corta actuación ha sido tan solo un demasiado breve aperitivo (también gracias a un concierto especialmente ameno).

 

Llegaba el turno de WHITE WIZZARD, una banda que me ha sorprendido mucho con su nuevo «Flying Tigers», por ello tenía muchas expectativas puestas en este grupo que dieron a la noche, igual que cada una de las bandas del cartel, otra forma de ver y entender el Heavy Metal.

WHITE WIZZARD practican un Heavy Metal con influencias de la NWOBHM pero también conjugan en sus composiciones ciertos elementos más agresivos del Power/Speed americano, y lo dejaron ver con un directo especialmente potente y cañero, incluso con algunas voces guturales. Desde el primer momento gozaron de una muy buena aceptación por parte del público, quizás es que la respuesta hacia su último trabajo ha llegado más lejos (o cerca) de lo que yo esperaba. A pesar de ello, su actuación terminó resultando más lineal de lo esperado, no solo en su actitud sobre las tablas, sino que incluso la instrumentación resultó siendo un tanto monótona pero, afortunadamente, la ilusión del grupo y su calidad ganó sobre los pocos puntos flojos que, bajo mi punto de vista, dejaron a su actuación superada por FURYUK. Durante su actuación dejaron caer cortes como la propia «Flying Tigers» o «Iron Goddess of Vengeance».

 

Por fin llegaba el momento del plapto fuerte de la noche… El escenario se preparaba y, poco a poco, se llenaba de humo para recibir a los componentes de ICED EARTH, quienes, como ya hemos dicho, venían de estreno, presentando su nuevo trabajo discográfico, «Dystopia» y también a su recién estrenado nuevo vocalista, Stu Block. De hecho, la aceptación y resultado del nuevo cantante era algo que me intrigaba y, para mi suerte, debo decir que ICED EARTH han encontrado el perfecto sustituto de Matt Barlow. Es un perfecto sustituo no solo por su gran actitud y buen rollo o su interactuación con el público, sino también porque incluso sobre el escenario la calidad vocal e interpretativa de este chico es increíble. Stu pasa de forma asombrosa de un registro a otro con total facilidad, descargando increíbles agudos, voces más graves o unas agrdables voces limpias realmente melódicas, todo lo ello lo hace en tan solo cuestión de segundos y, sobretodo, con una expresividad, interpretación y técnica pasmosa. No creo que nadie echara de menos a Matt (ni en los temas antiguos), de hecho tan solo una canción fue suficiente para dejar más que claro la capacidad de Stu y tomar un veredicto firme. Sin duda, supo meterse al público en el bolsillo (por no decir que sorprendió a más de uno) con su energía y su potencial como vocalista pero, también, con ese «feeling» con el público y ese buen rollo que contrastaba con la seriedad y poco dinamismo de sus compañeros de banda. Está claro que el buen rollo e ilusión se contagian de las tablas al suelo de la sala.

El sonido, por fortuna y como se puede esperar de la sala Salamandra, fue brillante en todo momento; sin problemas técnicos y con una interpretación soberbia de principio a fin (tantos años de experiencia y carretera siempre dan sus frutos), sonando incluso más potentes que en estudio. En cuanto al repertorio, se centraron en sus últimos discos o, mejor dicho, de «The Glorious Burden» en adelante. Por ejemplo, abrieron su actuación con la nueva «Dystopia», pero tampoco se olvidaron de clásicos como «Slave to the Dark» o When the Night Falls». También interpretaron pistas como «Damien» o «Dark City» incluso, como el propio Stu dijo, fuimos el segundo público en disfrutar en directo de «The Last Laugh» (la primera vez que la tocaron fue la noche anterior en Francia).

Nos regalaron una incansable hora y tres cuartos del mejor Heavy Metal al estilo ICED EARTH sin pausa, puesto que ni siquiera hicieron bises, sino todo un concierto seguido el cual cerraron con la mítica «Iced Earth» un tema (de otros tantos) aclamado y coreado por todo el público barcelonés.

 

Podríamos concluir diciendo que pudimos disfrutar de una soberbia noche de Heavy Metal entendido, sentido e interpretado de 3 formas distintas pero todas con un factor común: la pasión. La pasión de dos jóvenes promesas que parecen tener por delante un futuro brillante y, finalmente, una banda legendaria que ahora sabemos por qué sigue en lo alto de la cima per, sobretodo, que ha tenido la suerte de dar con un cantante sencillamente perfecto.

Tania Giménez

Sergio Fernández

 

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