Pocas bandas de Rock han sobrevivido de forma honesta a las modas y al paso de los años, incluso a las décadas. Y solo una así podría llenar sin problemas, y merecidamente, el Sant Jordi Club.
MOTÖRHEAD fueron capaces de completar el aforo de la sala de Montjuïc con 4.500 asistentes, sin necesidad de colgar el telón negro que suele dividir el recinto en dos partes.
Y es que hace muchos años que el inconfundible Lemmy y los suyos cogieron sus instrumentos para pasarse el resto de sus días dedicándoselos en cuerpo y alma al Rock N’ Roll que les ha hecho ser quién son hoy en día y sin dejar nunca de regenerar su base de fans, prueba de ello fue el abanico tan amplio de edades que desfilaba por la sala barcelonesa el pasado viernes, en la que incluso vimos familias.
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MOTÖRHEAD – Club Sant Jordi 17/12/2010

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Pocas bandas de Rock han sobrevivido de forma honesta a las modas y al paso de los años, incluso a las décadas. Y solo una así podría llenar sin problemas, y merecidamente, el Sant Jordi Club.
MOTÖRHEAD fueron capaces de completar el aforo de la sala de Montjuïc con 4.500 asistentes, sin necesidad de colgar el telón negro que suele dividir el recinto en dos partes.
Y es que hace muchos años que el inconfundible Lemmy y los suyos cogieron sus instrumentos para pasarse el resto de sus días dedicándoselos en cuerpo y alma al Rock N’ Roll que les ha hecho ser quién son hoy en día y sin dejar nunca de regenerar su base de fans, prueba de ello fue el abanico tan amplio de edades que desfilaba por la sala barcelonesa el pasado viernes, en la que incluso vimos familias.
Pocas bandas de Rock han sobrevivido de forma honesta a las modas y al paso de los años, incluso a las décadas. Y solo una así podría llenar sin problemas, y merecidamente, el Sant Jordi Club.
MOTÖRHEAD fueron capaces de completar el aforo de la sala de Montjuïc con 4.500 asistentes, sin necesidad de colgar el telón negro que suele dividir el recinto en dos partes.
Y es que hace muchos años que el inconfundible Lemmy y los suyos cogieron sus instrumentos para pasarse el resto de sus días dedicándoselos en cuerpo y alma al Rock N’ Roll que les ha hecho ser quién son hoy en día y sin dejar nunca de regenerar su base de fans, prueba de ello fue el abanico tan amplio de edades que desfilaba por la sala barcelonesa el pasado viernes, en la que incluso vimos familias.

Los ingleses no necesitan presentación alguna, aún así Lemmy, ya con el bajo colgado y uno de sus habituales sombreros, comenzó su actuación con un breve pero intenso (a la par que habitual) “We are Motörhead and we play Rock ‘N’ Roll”. Unas palabras que precedían a una gran forma de abrir su concierto (cómo ellos: clara y directa) con “We are Motörhead”. Y lo cierto es que hicieron gala de esa famosa frase que reza el estribillo de su clásico tema “We are Motörhead, born to kick your ass”. Lo hicieron durante ese corte y durante la más de una hora que duró su actuación.

Ya lo dijo Lemmy una vez: “si piensas que eres demasiado viejo para el Rock N’ Roll, entonces lo eres”. Y ellos dejaron claro de principio a fin que jamás han creído que son demasiado viejos para seguir con y en esto llamado Rock.

Continuaron su repertorio con otro clásico, “Stay Clean”, con el que nos llevaron a aquel viejo directo de principios de la década de los 80, “No Sleep ‘til Hammersmith”.

Pero este trío no vive solo del ayer, y lo demostraron con un set-list en el que el pasado se mezclaba con el presente, descargando ya himnos cómo “Metropolis” o la gran “Over the Top” así cómo “Rock Out” o “The Thousand Names of God” (ambos de su anterior “Motörizer”). Además, tampoco seolvidaron de regalarnos unos 3 temas de su recién salido del horno “The World is Yours”.

Lo cierto es que MOTÖRHEAD nunca han destacado por ser especialmente la alegría de la huerta, pero eso no importó al gran público del que pudieron disfrutar en la capital catalana (penúltimo concierto del año). De hecho, eso no importa en absoluto cuándo se es MOTÖRHEAD (y no lo digo por el nombre, por esa diéresis sobre la “o”). Cuándo, tras más de 3 décadas, sigues derrochando calidad, actitud y, sobretodo, sigues subiéndote a un escenario y pasando meses lejos de casa, sin ni tan solo necesitarlo. Cuándo, tras más de 3 décadas, sigues siendo tú, con tu esencia intacta y tu misma mentalidad y sigues dedicándote, a pesar de estar más viejo y quizás más cansado (pero tan lleno de whisky cómo siempre), a lo que amas.

Y ante una audiencia completamente entregada y volcada en todo momento al legendario trío británico, fueron cayendo títulos cómo “I got mine”, el cuál el frontman presentó con humor cómo “un tema de 1983, de antes de que nacierais”, “In the Name of Tragedy” cómo una canción calmada o la “dedicada a todos los políticos”, “Just cos’ you got the Power”.

MOTÖRHEAD dejaron claro que toman sus conciertos por el mango, con una calidad obvia de todos estos años de carrera y de giras y que su sola presencia es el único aliciente para enloquecer a sus seguidores. Por no mencionar que en directo suenan todavía mejor, más potentes y sinceros.

Entre medio de temazos también hubo espacio para momentos solistas del guitarrista Phil Campbell y, sobretodo, del gran batería Mikkey Dee, que dejó clara su energía, sus ganas y que es una auténtica máquina. Aunque el “carismático” vocalista demostró su habitual personalidad y no dejó en ningún momento de aporrear el bajo.

También hubo lugar para presentaciones entre los componentes de la formación, presentando en español Campbell a Lemmy cómo “el bastardo del año”.

Pero el éxtasis llegó con el apoteósico final, tocando sin descanso “Going to Brazil”, “Killed by Death” y la legendaria y con la que el suelo del Sant Jordi Club tembló bajo nuestros pies, “Ace of Spades. Tras la cual regresaron para dedicarnos un único bis que fue, cómo no podía ser de otra forma, “Overkill”, con una batería todavía más atronadora.

Gran concierto, enorme selección de temas (aunque quizás se echaran de menos “Born to Raise Hell” o “Bombers”)… y es que hay que ver a MOTÖRHEAD por lo menos una vez en la vida, ¿o acaso nadie ha pensado alguna vez “qué grandes son estos tíos”?

Hace ya muchos años que ese tipo apodado Lemmy decidió colgarse el bajo y enfundarse en su cinturón de balas para el resto de su vida y disparar siempre, junto con sus dos compañeros, hacia el mismo objetivo. Y ahora que está a tan solo unos pocos días de cumplir 65 años, este viejo rockero sigue demostrando que él y sus MOTÖRHEAD son el Rock N’ Roll.

Tania Giménez

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