En 2005, cuando la banda se separó después de 10 años de carrera, muchos nos quedamos huérfanos de grupo de nuestro país que realmente nos transmitiera algo, porque el fallo de muchas bandas patrias es que no te hacen poner los pelos de punta. Reddo, su último trabajo, no fue el mejor, pero habían editado Paradÿsso, uno de los mejores discos cantados en español que soy capaz de recordar. Así que en diciembre, cuando me enteré de que el grupo con el que tanto había disfrutado, volvía a los escenarios, por poco se me cae el corazón a los pies. Decidí ir a verles, y puedo decir sin ningún tipo de duda, que Sôber ha vuelto para quedarse. " />

SÔBER – Sala Apolo 01/05/2010

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En 2005, cuando la banda se separó después de 10 años de carrera, muchos nos quedamos huérfanos de grupo de nuestro país que realmente nos transmitiera algo, porque el fallo de muchas bandas patrias es que no te hacen poner los pelos de punta. Reddo, su último trabajo, no fue el mejor, pero habían editado Paradÿsso, uno de los mejores discos cantados en español que soy capaz de recordar. Así que en diciembre, cuando me enteré de que el grupo con el que tanto había disfrutado, volvía a los escenarios, por poco se me cae el corazón a los pies. Decidí ir a verles, y puedo decir sin ningún tipo de duda, que Sôber ha vuelto para quedarse.

En 2005, cuando la banda se separó después de 10 años de carrera, muchos nos quedamos huérfanos de grupo de nuestro país que realmente nos transmitiera algo, porque el fallo de muchas bandas patrias es que no te hacen poner los pelos de punta. Reddo, su último trabajo, no fue el mejor, pero habían editado Paradÿsso, uno de los mejores discos cantados en español que soy capaz de recordar. Así que en diciembre, cuando me enteré de que el grupo con el que tanto había disfrutado, volvía a los escenarios, por poco se me cae el corazón a los pies. Decidí ir a verles, y puedo decir sin ningún tipo de duda, que Sôber ha vuelto para quedarse.

Tenía dudas sobre si sería una de las pocas personas que les echarían de menos, pero enseguida me di cuenta de que no, de que había mucha gente con ganas de disfrutar de sus temas de nuevo: Apolo estaba abarrotado, y aunque hacía un calor infernal y el sonido dejó bastante que desear (para este tipo de eventos, Razzmatazz suena mucho mejor), el ambiente fue inmejorable.

Con una Ô enorme, roja y cuadrada al fondo durante todo el concierto, empezaron creando algo de expectación con lásers y un corazón latiendo, símbolo de su regreso. Empezaron fuertes el concierto y el ritmo solo bajó durante las canciones más lentas, pero debo decir que casi todo su concierto estuvo basado en su mejor disco, Paradÿsso, como Diez Años, Arrepentido o Eternidad (mi tema favorito del grupo), pero también incluyeron temas de los anteriores como La Nube, Adiós, Cubos o Loco, canción con la que terminaron el primer directo en Barcelona después de su regreso, e incluso estrenaron el nuevo single del que será su próximo disco, Sombras, que tiene muy buena pinta.

Del último concierto que había visto a este, noté un cambio notable. Les vi contentos, agradecidos y con ganas de tocar, transmitiendo energía y moviéndose de un lado a otro, animando a la gente, mientras años antes, aunque tocaron genial y me encantaron, encontré que habían sido algo sosos y que todo lo que decían llevaban toda la vida diciéndolo y no les transmitía ningún tipo de sensación ya: habían perdido la energía y el interés por el grupo, algo que parecen haber recuperado.

Esperemos que hagan su gira de verano y se metan en estudio a grabar ese nuevo disco que esperamos con impaciencia aquellos que les seguimos.

Núria Martí

Fotos: www.binaural.es

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