ARTÍCULO: Ozzy no era de este mundo. Ayer volvió al suyo.

Ozzy Osbourne ha muerto. Lo leemos y aún suena surrealista. El Príncipe de las Tinieblas nos dejó ayer, 22 de julio de 2025, pocas semanas después de su último y emotivo concierto de despedida. Su legado en el metal es incuestionable: fundó Black Sabbath, redefinió la oscuridad musical, y luego, en solitario, se convirtió en una caricatura adorable y aterradora a la vez.
Pero si algo nos enseñó Ozzy —además de que puedes tener una carrera musical de 50 años sin pronunciar una frase coherente— es que la locura no sólo se sobrevive, también se puede monetizar.
En vez de llorar con biografías aburridas y frases solemnes, aquí va nuestro homenaje: 16 historias de Ozzy que suenan a click bait, pero ocurrieron de verdad.
PD: no, no vamos a hablar de la paloma ni del murciélago. Ya lo has leído 800 veces desde ayer y durante toda tu vida. Y sí, mordió cosas. Ya pasó. Seguimos.
1. Meó en El Álamo y fue vetado de Texas durante 10 años.
Y lo hizo vestido con el vestido de Sharon.
2. Disparó contra su propio gallinero en bata con una escopeta.
Una mañana, salió al jardín en bata y pantuflas con una escopeta y se lió a tiros con sus propias gallinas. La policía llegó y él simplemente dijo que “hacían demasiado ruido”.
3. Cuando el hotel no le dejó usar la piscina común, Ozzy compró una inflable.
La montó en su suite, la llenó de champán y se metió dentro como Calígula de gira por Florida.
4. Creía que los gnomos le hablaban desde los espejos.
En su época más… expandida mentalmente, Ozzy estaba convencido de que los gnomos vivían en los espejos y lo espiaban. Instaló micrófonos para grabarlos. No encontró nada, pero les dejó comida «por si acaso». Leyenda o esquizodélica, nunca lo sabremos.
6. Confundió un jersey con un murciélago.
Intentó morder el cuello de un fan que tenía un disfraz de Batman. No funcionó. Jersey: 1. Ozzy: 0
7. La redada más nerviosa del rock.
Años 70. Tour. Casa alquilada. Drogas por todas partes.
La policía llama a la puerta. Ozzy y compañía entran en modo pánico absoluto: tiran LSD por las ventanas, hachís en el piano, cocaína por el váter. Ozzy, por su parte, intenta comerse una bolsa entera. Milagrosamente, los polis no encuentran nada. Quizá porque lo que quedaba ya estaba en su sistema.
8. Esnifó hormigas. Mötley Crüe. Piscina. Competición de quién es más idiota.
Ozzy se agacha y, sin dudarlo, aspira una fila de hormigas vivas. Después se bebe su propia orina. No hay medalla para eso.
9. Tatuaje DIY: O-Z-Z-Y con aguja de guitarra.
A los 16 años, Ozzy se grabó “O-Z-Z-Y” en los nudillos con una cuerda de guitarra y tinta china. A día de hoy, sigue ahí: irregular, cutre, icónico. El equivalente en tatuaje a grabar un disco en el baño (ver punto 14).
10. El gato callejero que lo atacó en la ducha.
Ozzy adoptó un gato callejero que “tenía mirada sabia”. Tres días después, el felino se coló en la ducha y le arañó el pecho como si invocara a Satán. Ozzy, lejos de echarlo, lo bautizó “Bastard” y lo integró a la familia. Corazón tierno, costillas sangrantes.
11. Confundió un kit de depilación con mermelada.
Sí. Una noche, Ozzy untó lo que creyó que era mermelada en pan. Lo comió entero. Era cera depilatoria. Comentario: “Sabía raro”. Y siguió su día.
12. Se peleó a cabezazos con una máquina de palomitas.
Una máquina no le daba su snack. Ozzy, amante de soluciones prácticas, le dio un cabezazo y se desmayó. Al despertar, dijo: “Ya no tengo hambre”. Paz sellada.
13. Pasó tres días convencido de que estaba muerto.
Tras una sobredosis fuerte, estuvo 72 horas sin moverse. Cuando volvió a hablar, lo primero que dijo fue: “Estoy muerto. No sé si esto es el infierno o si estamos en Kansas”. Plot twist: estaban en Kansas.
14. Grabó desde el baño porque le gustaba la acústica.
Durante No More Tears, Ozzy convenció al productor de que el baño tenía mejor eco que el estudio. Montaron micros. Sharon bloqueó la puerta para que no se escapara. Así se grabaron algunos gritos míticos… directamente desde la taza.
15. Le tiró un jamón congelado a Lemmy para que se fuera.
Lemmy se quedó varios días en casa de Ozzy, bebiendo y no yéndose. Ozzy, harto, le tiró un jamón congelado desde la escalera para forzarlo a salir. Lemmy volvió dos días después. Con más cerveza.
16. Pensaba que la tostadora lo insultaba.
Durante el reality The Osbournes, Ozzy gritaba que la tostadora lo llamaba “idiota”. Era el pitido del microondas.
Aun así, se disculpó con la tostadora. Rey del caos doméstico.
El fin del Príncipe. El inicio de la leyenda. Ozzy ha muerto.
Pero lo que dejó no se irá jamás. Black Sabbath inventó el metal. Ozzy le puso cara, alma y delirio. Cantó como nadie, gritó como todxs queríamos, vivió como nadie debería, y sobrevivió más allá de toda lógica. Fue el símbolo de que el exceso puede tener corazón, y que el caos también puede generar belleza.
Muchos medios hoy recordarán sus discos, sus giras, sus premios. Nosotrxs te dejamos esto: Un puñado de locuras que nadie podrá repetir. Porque no hay, ni habrá, otro Ozzy. Un hombre que no solo mordió un murciélago en el escenario (aunque esta vez no te contemos esa historia), también mordió la vida entera, sin preguntar si estaba al punto.
Descansa lo que puedas, Ozzy.