CRÍTICA: IMPELLITTERI – War Machine

Decimosegundo álbum de Impellitteri, lanzado a fines del año pasado por el sello Frontiers Records. En este nuevo trabajo, sucesor de «The Nature of the Beast» (2018), el virtuoso guitarrista Chris Impellitteri se rodea de un sólido equipo de músicos por demás de competentes para realizar la tarea: el cantante Rob Rock (ex M.A.R.S., Axel Rudi Pell y Warrior) y el bajista James Pulli son nuevamente de la partida; mientras que de la batería se hace cargo nada más y nada menos que Paul Bostaph (Slayer, Kerry King; ex Exodus, Forbidden, Testament, etc.). La expectativa por escuchar un producto a la altura de los nombres involucrados forma parte de la previa, hasta que apretamos el botón de «play» (o ponemos la púa sobre el disco, según el caso) y todas las dudas se disipan.
Los invito a recorrer canción por canción, para que averigüemos de qué está hecho «War Machine».
El tema War Machineplantea un inicio riffero y machacante, en plan heavy power americano tradicional; una instrumentación sólida con una base rítmica contundente y la voz indicada para hacerlo son las cartas que el cuarteto pone sobre la mesa. El solo de guitarra despliega virtuosismo y adrenalina.
Sigue Out of Mind (Heavy Metal), un himno con aire ochentero y estribillo con coros, ideal para ser tocado en vivo. Se trata de un tema de reivindicación y celebración, con un solo pirotécnico que despliega una melodía cautivante. Deja con ganas de más.
Por su parte, Superkingdomcomienza con dientes apretados y la guitarra de Chris desplegando trucos de entrada. Posee un estribillo a medio tiempo que no resigna poder. La pieza toma velocidad en el solo de guitarra, con un Chris realmente encendido y bien secundado por unos arreglos de bajo, que le dan identidad a la canción.
Wrathchild arremete con todo en plan speed/power y con la dinámica adictiva que suele tener el metal de extracción ochentera. El estribillo es pegadizo y aguerrido al mismo tiempo. La parte media de la canción recuerda al Judas Priest de fines de los ’90s con Ripper Owens, donde Rob Rock demuestra una cara más agresiva. Luego, sigue un solo de guitarra veloz que desemboca en melodías neoclásicas.
En What Lies Beneath, la fórmula de Impellitteri muestra algo de diversidad, ya que al componente heavy/power melódico con matices de Judas Priest/Accept se le suman también pasajes de oscuridad al estilo Mercyful Fate/King Diamond, recordando por momentos a la propuesta de una banda referencia en el estilo como son los también estadounidenses Cage.
Promediando el álbum, Hell on Earthostenta un arranque a puro riff que puede resultar genérico pero sigue siendo efectivo, con la voz de Rob Rock al frente. La canción avanza con decisión y con dominio total de la situación, algo que se agradece y se disfruta. El solo de guitarra se desarrolla a la par del vértigo que propone la composición, que nunca baja el ritmo. Puños en alto para nosotros y otstracismo a todos aquellos que desatan el infierno en la Tierra!
Power Grab inicia con un aporreo lindero con el thrasher, para luego desgranar un potente heavy metal en la línea del Judas Priest de la época de «Painkiller». Por supuesto, Rob Rock no es Rob Halford, pero el tipo sabe donde ubicar lo suyo. De hecho, por momentos suena como si Biff Byford quisiera cantar un tema de Judas Priest. Y no desentona.
En tanto, Beware the Hunteres otra canción aguerrida, con Rob Rock mostrando lo mejor que tiene. Una pieza que nos remite al Riot de mediados de los ’80s, lo que no hace más que resaltar que estamos ante una muestra certera de lo que históricamente fue el power metal estadounidense: estribillos que rozan lo épico pero sin perder cierta impronta callejera, melodía elaborada pero fluida; elementos que se suman a coros potentes y una marcha que no avanza a ultra velocidad, pero que es lo suficientemente fuerte para causar impacto y admiración.
El tema Light It Uppuede sonar un poco más genérico, pensado para el show en vivo. La pieza tiene cierto aire rockero y no ostenta mayores pretensiones. Entretiene y sirve para no detener la marcha de un álbum compacto y firme en sus pretensiones.
Nos acercamos al final y en Gone Insanenotamos que si bien algo de la fórmula Judas Priest/Riot prevalece, aparecen algunas ligeras diferencias respecto a los temas anteriores que le dan aire a la composición. Después del solo de guitarra, Chris Impellitteri, secundado por la base rítmica, despliega uno de esos pasajes deudores de la música clásica, de esos que tanto le gusta incorporar a Wolf Hoffmann en los temas de Accept. Pulgares arriba.
Just Another Day para el cierre apunta bien arriba, aunque el tema resulta un poco genérico en comparación con otros momentos de la placa. Power metal americano, sí, pero hecho «de manual».
En definitiva, no estamos ante un álbum que vaya a revolucionar al estilo ni mucho menos. Pero es una obra tan bien ejecutada por tipos con tanto oficio y trayectoria en la escena, que se disfruta, entretiene y transmite energía de la buena. Motivos de sobra para merecer la pena de darle una escucha, ¿no les parece?
Frontiers Records (2025)
Puntuación: 7,5/10