CRÍTICA: BLACK SWORD THUNDER ATTACK – Black Sword Thunder Attack

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El metal épico americano no existiría sin el imprescindible papel que jugaron los Warlord del añorado William J Tsamis, quien ascendió al Valhalla en 2021, para acompañar a Mark «The Shark» Shelton de Manilla Road. Precisamente Tsamis tenía antepasados griegos, de donde también provienen nuestros protagonistas. Black Sword Thunder Attack rinden un homenaje evidente a su legado, aunque musicalmente se parecen más a la banda que formó junto a su mujer, la vocalista Vidonne Sayre-Riemenschneider: Lordian Guard. Si bien produjeron su primera demo en 2002, todavía con el bajista Stelios como cantante principal, los descubrí en 2020 con su misterioso EP March of the Damned, ya con Mareike detrás del micrófono. Completan la formación el batería Marios, así como el guitarrista y teclista Chris. Después de cinco años, nos sorprenden con su primer elepé homónimo, que desengranaremos a continuación. Un aura de misticismo rodea a la formación, por lo que no tienen fotografías oficiales de sus miembros.

El sencillo promocional, The Black Sword, ya nos da la bienvenida con su onírico teclado, fuerza principal de esta formación. De primeras notamos una mejora en la producción, sin perder ni un ápice de la esencia atemporal que les caracteriza. La espada oscura de la perdición nos llama… y atrapa nuestras incautas almas. Es seguida por Don’t Hear the Sirens, con ese sintetizador fantasmagórico, como si fuera el oscuro canto de las sirenas propias de épicas tragedias griegas. La celestial voz de Mareike se beneficia especialmente de esa mejor calidad de grabación.

On the Way of Acheron, con esa fuerte presencia acústica es una composición que acaricia nuestro subconsciente, hasta que la guitarra decide romper el hechizo. La habíamos escuchado por primera vez en su demo de 2011: In Hell’s Reign. Es seguida por Evil Sorcery, también de la demo de 2011 como Don’t Hear the Sirens. Aquí el papel del bajo se fusiona a la perfección con los teclados. Sigue siendo para mí de lo mejorcito de su exigua discografía. Nos trasladan en el fragor de la batalla, donde no es posible escapar de la magia oscura. Through the Fires of Hell estuvo presente asimismo en su EP de 2015, donde era seguramente la canción más trepidante.

Anvils of War es otro de los temas nuevos, si bien mantiene la esencia del grupo, donde de nuevo las cuatro cuerdas adquieren un papel imprescindible. Last Flight of the Eagle recupera la ternura acústica, tras dos canciones más exaltadas. Es evidente ese aroma medieval que transmiten las obras de esta agrupación, gracias a los prominentes teclados. Master of Hell es otro medio tiempo con un riff pegadizo, quizás donde las voces de Mareike resuenan más amenazadoras, cual hechicera relatándonos la desgracia, con grito final de banshee incluido.

Proseguimos con Song in the Night. Por mucho que la gloria parezca centrarse en la atmosfera producida por los teclados, Chris demuestra ser polifacético con los progresivos solos de guitarra que descarga. Toca despedir esta trágica epopeya con Gates of Fire, que nos retrotrae hasta su primeriza demo de 2002. Su inicio recuerda a las trompetas que anuncian una desgracia de proporciones bíblicas. Agradezco que hayan recuperado esta composición, ya que suena más poderosa que nunca, con Mareike levantando su espada de acero y su escudo lista para la contienda.

Me resulta complicadísimo ser imparcial con Black Sword Thunder Attack, ya que rascan precisamente los sonidos musicales que más profundo me representan. Esta grabación es para escucharla relajado en casa, sin nada en lo que pensar, más que en sumergir nuestros oídos en esta experiencia hipersensorial. ¡Ojalá poder disfrutarlos en directo en alguna ocasión, quizás en el próximo Up the Hammers griego!

No Remorse Records (2025)

Puntuación: 9,5/10.

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