ENTREVISTA: MAUD THE MOTH: Hilos de poder y dolor: Desentrañando el tejido de la memoria y la identidad

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Con The Distaff, Maud the Moth teje un tapiz sonoro complejo donde historia, trauma e identidad se entrelazan de forma etérea pero visceral. Inspirado en la poeta griega Erinna, el álbum reflexiona sobre el peso del trauma heredado, las luchas constantes de las mujeres a lo largo de la historia y la fluidez de la identidad cultural. En esta entrevista, exploramos cómo la artista española afincada en Escocia convierte la vulnerabilidad en arte, la influencia de visionarias surrealistas como Leonora Carrington y Tarkovsky en su obra, y la urgencia de una mayor equidad de género en la producción musical. Con una introspección profunda y una honestidad brutal, Maud the Moth nos sumerge en el delicado equilibrio entre fragilidad y fortaleza, tradición y rebeldía, creando un universo onírico pero devastadoramente real.


– ¡Hola! Antes de nada, gracias por responder a nuestras preguntas. ¿Qué tal va todo? ¿En qué andas metida ahora mismo?
¡Gracias a vosotres! Ahora mismo terminando todo el papeleo y la coordinación para el lanzamiento del disco (o sea, la parte divertida de hacer un álbum) y empezando los ensayos para todos los conciertos de 2025.

– El huso («distaff») ha simbolizado históricamente a la «mujer virtuosa» y es central en la temática de tu disco. ¿Cómo reinterpretas este símbolo en The Distaff y qué mensaje quieres transmitir sobre los roles de género tradicionales a través de tu música?
Creo que las expectativas de género están en la raíz de muchos de los problemas que enfrentamos como sociedad y son fuente de un dolor tremendo. En este disco quise profundizar en mis propios demonios y desenredar parte del trauma heredado, creando un mundo simbólico y onírico donde la atmósfera cuenta la historia. Cuando me encontré con el poema de Erinna (que lleva el mismo título que el álbum), muchas de las inquietudes que traspasan sus palabras, escritas hace más de 2000 años, resonaron profundamente en mí. Me imaginé este utensilio de madera como una especie de herramienta mítica, alrededor de la cual el trauma asociado a lo femenino lleva girando desde el principio de los tiempos, haciéndose cada vez más grande y complejo. Creo que la mente humana tiende a dar entidad física a los miedos como una forma de contenerlos o, en mi caso, como muestro en la portada del disco, cortarlos de raíz y separarme de ellos.

– Inspirándote en los lamentos de Erinna sobre el poder perdido, ¿cómo conectas sus expresiones de duelo y pérdida con los problemas actuales que enfrentan las mujeres?
Por desgracia, creo que aún queda muchísimo camino por recorrer hacia una igualdad real. Parece que en lo peor de la naturaleza humana siempre hay quienes abusan del poder y tratan de someter a otres para su propio beneficio. Segregar a la gente en diferentes colectivos para demonizarlos y enfrentarlos entre sí sigue siendo la estrategia más efectiva. Siento que el poema de Erinna opera en un plano universal y atemporal de la memoria, por eso nos sigue hablando hoy en día. Más que escribir un ensayo sociopolítico—para lo que no me siento capacitada—quería resaltar lo increíblemente complejos, sutiles y omnipresentes que son muchos de los problemas que enfrentan las mujeres, recreando mi mundo interno como un reflejo de esa realidad en 2025.

– Como artista nacida en España y afincada en Escocia, los temas del desarraigo y la identidad están muy presentes en tu música. ¿Cómo ha influido tu trasfondo multicultural en el sonido de The Distaff y de qué manera aborda la complejidad de la identidad cultural?
Esto es clave en mi trabajo y ya lo empecé a explorar un poco en Orphnē. Más que algo premeditado, creo que dejando que todas las influencias que han formado parte de mi vida salgan a la luz durante el proceso creativo, mi bagaje se manifiesta de forma natural y muestra la realidad multifacética de la identidad cultural en un mundo post-globalización.

Mi abuelo era conocido en su pueblo por su cante de folclore castellano, y eso siempre ha sido una gran influencia para mí, porque crecí escuchando y cantando esas canciones con él y con mi madre (de hecho, se le puede escuchar cantando con 95 años en The Abattoir, Orphnē (2020)). También estudié piano clásico y canto, y siempre percibí la polinización cruzada entre la música clásica y el folclore, especialmente en compositores españoles como Turina o Granados. De adolescente me volví una apasionada del rock, el metal y sonidos más experimentales y extremos, y también reconocí esa emoción en los estilos que mencioné antes, hasta el punto de que los géneros dejaron de tener sentido para mí.

– Tu música a menudo se cruza con otras formas artísticas. ¿Cómo han influido disciplinas como las artes visuales o la literatura en la narrativa de The Distaff? ¿Podrías destacar alguna obra que haya influenciado especialmente este disco?
Me fascinan les creadores que trabajan el simbolismo y la atmósfera, como Tarkovsky o David Lynch (aunque en estilos muy distintos). Ese aura de realismo mágico y poesía subjetiva es la que más sentido tiene para mí a la hora de crear, porque refleja lo que experimento cuando escucho y hago música. También me encantan las mujeres surrealistas como Leonora Carrington (el título de la cuarta canción de The Distaff está tomado de una de sus pinturas), Remedios Varo (a quien dediqué mi disco colaborativo con Trajedesaliva) y la artista contemporánea Dolorosa de la Cruz. Además de la influencia de Erinna, que ya mencionamos, me apasiona la poesía de Carolyn Forché, Lorca, William Blake y Leopoldo María Panero.

– El álbum se adentra en el trauma. ¿Cómo equilibras la vulnerabilidad personal con la expresión artística cuando trabajas temas tan íntimos en tus composiciones?
Siempre he usado la música—y en especial sentarme al piano, tocar y cantar—como una forma de sobrellevar la vida. Cómo acabé haciendo esto sobre un escenario o de forma profesional todavía me sorprende, la verdad. Me gusta pensar que la gente conecta con lo que hago porque siempre dejo espacio para la interpretación o incluso la apropiación personal por parte de quien escucha. Mi cuadro favorito de Remedios Varo se llama La creación de las aves, y creo que representa precisamente esto: el arte como pájaros que el/la artista da forma, pero que en cuanto nacen, emprenden su propio vuelo.

The Distaff se mueve en un mundo de «superposiciones estéticas etéreas pero violentas». ¿Cómo representas musicalmente esta dualidad y qué emociones o reflexiones esperas despertar en quien escucha?
Algunos de los problemas más duros y aterradores de la sociedad humana no son males evidentes. Mucha gente se pregunta cómo alguien puede soportar años de abuso doméstico o recurrir a la autolesión como mecanismo de defensa. La realidad es que la vida es increíblemente compleja, el gaslighting y la manipulación están por todas partes, y si queremos avanzar como sociedad, tenemos que dejar de ver el mundo en blanco y negro, como una lucha entre el bien y el mal o entre víctima y agresor. Creo que eso es lo que intento plasmar con el sonido de este disco.

– ¿En qué aspectos The Distaff marca una evolución respecto a tu álbum anterior, Orphnē, tanto temática como musicalmente? ¿Qué nuevos desafíos o descubrimientos encontraste en su creación?
The Distaff se benefició de mucha más experiencia, tanto mía como de Scott, y fue el primer disco en el que tuve un oído externo ayudándome con la preproducción. Mis tres primeros discos fueron 100% autofinanciados, lo que significaba que tenía que trabajar a tiempo completo en algo no relacionado con la música para hacerlos, así que no podía dedicarles todo el detalle que quería.

Conseguí una beca de Creative Scotland para cubrir parte de los gastos de este álbum, lo que mejoró mis condiciones de trabajo enormemente. Siento que por fin he hecho algo que se acerca bastante a mi idea original.

– Coproduciendo The Distaff con Scott McLean, ¿cómo percibes el papel de las mujeres en la producción musical hoy en día? ¿Qué desafíos has enfrentado en este ámbito y cómo abogas por una mayor representación femenina detrás de los escenarios?
Las mujeres y otros géneros marginados siguen estando increíblemente infrarrepresentados en el mundo del audio. Mi primera carrera fue Ingeniería Civil, y las mujeres solíamos representar entre el 30 y el 40% del aula, aunque la mayoría acababa desempeñando trabajos de oficina en un estudio en lugar de dirigir obras en el exterior. El mundo de la ingeniería de audio (que exploré más adelante con un máster y un doctorado en Acústica Musical) es significativamente peor. He estado en congresos donde solo el 1% de los artículos estaban firmados por mujeres y donde algunas instituciones me usaban de forma simbólica para “quedar bien”. Esos mismos congresos organizaban sesiones para abordar el desequilibrio de género en la disciplina, y literalmente, solo ese 1% de mujeres asistía.

Estos problemas nos afectan a todes y, cuando los colectivos privilegiados los ignoran, perpetúan el mensaje más profundo de segregación. Ahora me rodeo y trabajo con personas que entienden esta realidad y luchan activamente por erradicarla, sin importar su identidad. Creo que hacer que los colectivos infrarrepresentados tomen conciencia de cómo se les minimiza y ayudarles a desarrollar el respeto propio suficiente como para ser asertives es la única manera de que las cosas cambien.

– Con el lanzamiento de The Distaff, ¿qué nuevos temas o conceptos te interesa explorar en tus futuros proyectos? ¿Cómo imaginas la evolución continua de la identidad artística de Maud the Moth?
Para ser sincera, pongo tanto en cada álbum que hago, que cuando estoy a punto de lanzar uno, no puedo imaginarme haciendo otro nunca más, ni sintiendo que tengo algo más que decir. Pero reconozco esta sensación, y sé que tarde o temprano algo nuevo empezará a surgir.

No me interesa la cantidad. Solo saco música cuando tengo algo que expresar.

– Eso es todo por nuestra parte. Gracias de nuevo por responder a nuestras preguntas. Si quieres añadir unas últimas palabras, este es tu momento.
¡Muchísimas gracias a vosotres por todo lo que hacéis! ¡Gracias por leer y escuchar mi música! ¡Espero veros en alguno de los próximos conciertos!

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