CRÍTICA: MINDLESS SINNER – Metal Merchants

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Estamos ante el nuevo trabajo de los suecos Mindless Sinner, una legendaria banda del underground ochentero que lanzó discos memorables como Turn the Power On en 1986 y Missin’ Pieces en 1989. Tras una larga pausa, regresaron en 2015 con The New Messiah, en 2020 con Poltergeist, y ahora, en este año, nos traen Metal Merchants: toda una declaración de principios, con un álbum que se mantiene fiel a su estilo clásico.

El disco incluye 13 temas, arrancando con cortes como «Speed Demon» y «Monster», piezas intensamente metálicas con una entrada enérgica y un sonido que recuerda al estilo veloz de Saxon o Dio. La voz evoca el tono metalizado característico de bandas del US Metal, sin perder las melodías europeas que aportan el toque distintivo de estos suecos, además de los coros bien situados y solos endemoniadamente heavy, llenos de bucles y juegos de guitarra melódicos. Canciones como «Metal Merchants» o «The Madman is Crying» destacan por sus riffs pesados y poderosos, una voz más épica y clara con modulaciones melódicas, y un aire cósmico que rememora a Agent Steel. El ritmo medio y constante se enriquece con coros robustos que aportan actitud y pasión, junto a solos profundos y punzantes.

En temas como «Third Time’s a Charm» o «Storm of Steel», encontramos medios tiempos densos y potentes, con coros intensos y un tono épico y cósmico. La voz se muestra más lírica y expresiva, con estrofas pegajosas y solos más lentos pero profundos. En cambio, «Hedonia» se presenta con una atmósfera mística, lograda a través de riffs de influencia árabe que evocan un ambiente cinematográfico, casi de himno, con una fuerte carga melódica tanto instrumental como vocal.

Por otro lado, en «Carry On», «Believe in Me» o «Mountain of Om», aunque se mantiene el sonido metálico, hay un componente más melódico, cercano al power metal épico de los noventa. Una serie de riffs muy distorsionados aportan un ambiente especial, con coros bien trabajados y solos clásicos y efectivos. En «Let’s Go Crazy» el enfoque es algo más comercial, aunque sin abandonar los riffs distorsionados; el tema tiene un aire más divertido, especialmente en los coros y estribillos. No llega a ser hard rock, pues mantiene la esencia metálica, pero tiene un matiz adictivo. Algo similar ocurre con «My Hometown» y «The Chosen One», canciones más accesibles y melódicas, con pausas y momentos íntimos que destacan una vocalización también más melódica, aunque con estribillos épicos y metálicos.

En definitiva, un trabajo concienzudo para los seguidores del heavy metal tradicional, que respeta las estructuras clásicas y ofrece sensaciones familiares sin perder frescura a lo largo del álbum.

High Roller Records (2024)

Puntuación: 8/10

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