ENTREVISTA: JUTTA WEINHOLD: Forjando leyendas del metal, rompiendo barreras y reclamando la fantasía
En esta entrevista con la icónica Jutta Weinhold, nos sumergimos en su innovadora carrera, desde la creación de Zed Yago, la hija ficticia del Holandés Errante que encarna la fantasía perdida y la rebelión creativa, hasta su trabajo actual con Velvet Viper. Jutta nos habla de cómo ha navegado en una industria dominada por hombres, manteniéndose fiel a sus raíces artísticas, y cómo la mitología, la literatura y su perspectiva única como mujer han dado forma a su música. También reflexiona sobre el poder del metal para ofrecer expresiones más profundas y auténticas, y discute sobre las mujeres infravaloradas en el género, la evolución del metal y su compromiso personal con mantener viva la originalidad en un mundo comercializado.
– Hola, primero, gracias por tomarte el tiempo para responder a nuestras preguntas. ¿Cómo estás? En los años 80, formaste Zed Yago, con el personaje de Zed Yago como la hija ficticia del Holandés Errante, una figura fascinante. ¿Cómo surgió el concepto para ella y qué representa para ti, tanto artísticamente como como mujer en el metal?
Jutta: Durante ese tiempo estaba aburrida con el blues rock normal, las letras de la cadena de montaje del rock ‘n roll, y fui en busca de nueva inspiración. Leo mucho y también escucho música clásica. La ópera de Richard Wagner llegó en el momento adecuado: El Holandés Errante, y de repente se me iluminó la mente. Le di una hija llamada Zed Yago. Ella viene a la tierra en busca de la fantasía perdida, porque sin imaginación el alma muere, y sin alma, la persona muere. Ese fue mi concepto de Zed Yago. También era importante para mí ser respetada como mujer en un mundo conservador y masculino.
– Muchxs artistas temen verse confinadxs a un sonido o imagen particular. ¿Cómo has equilibrado ser fiel a tus raíces artísticas mientras exploras nuevas direcciones en tu carrera tanto con Zed Yago como con Velvet Viper?
Jutta: Para mí es importante hacer música que corresponda a mi mentalidad, porque solo entonces eres unx original y no una copia. El mundo necesita originales y no copias. Siempre me he mantenido fiel a mí misma, musical y líricamente, con Zed Yago, Velvet Viper y también con mis discos de Weinhold. Claro, hay mucho estrés y decepción en el mundo del espectáculo, pero tienes que saber lo que quieres. O lo tomas o lo dejas, no hay medias tintas.
– Zed Yago se ha descrito como «rock dramático» o «metal fantástico», con un fuerte enfoque en la narración. ¿Cómo influyen la mitología y la fantasía en tu proceso creativo? ¿Ves estos géneros como una forma de escapismo o como una manera de confrontar verdades sociales más profundas, quizás incluso en un contexto feminista?
Jutta: Todo lo que mencionas es cierto. Me encantan las historias de la mitología, las sagas y las leyendas, adoro la literatura y la poesía. Esa es la fuente de la que me nutro. No sé si soy feminista. Tal vez un poco en un mundo orientado hacia los hombres. Pero creo en las personas en general.
– En entrevistas anteriores, has mencionado que ser mujer aporta una perspectiva única a la escena del metal. ¿Cómo sientes que tu identidad como mujer ha dado forma a los temas y las historias en tu música? ¿Te basas de manera consciente en aspectos de la feminidad o prefieres centrarte en expresiones más universales en tu trabajo?
Jutta: Las mujeres definitivamente aportan valores diferentes al metal y eso es importante para la escena. Sobre todo, no hago comida rápida, también quiero algo profundo y serio. El metal no es solo consumo y comercio o fiesta y entretenimiento. La música puede transmitir valores ideales que casi se han extinguido en nuestra sociedad. Cada tipo de música tiene que tener un mensaje. De eso se trata. Tiene que tocar, y sin el «espíritu» no funciona. Porque de lo contrario, todo es solo música de plástico para gente de plástico. Muy bien podría imaginarme un festival Metal-Matriarcado -sonríe-
– A lo largo de tu carrera has interpretado personajes desafiantes, más grandes que la vida misma. ¿Cómo reflejan estos personajes tus experiencias personales o perspectivas como mujer? ¿Te han ayudado a procesar o desafiar las normas sociales?
Jutta: Autoconocimiento, autoconfianza, fuerza y energía, creatividad y voluntad. Las personas crecen con sus metas. Mi meta ha sido formar parte de la familia de la música rock desde 1969. Como sabes, lo logré y sigo activa. En el rock ‘n roll mueres joven o no mueres, lo primero ya no me puede pasar -sonríe-. Cada persona nace para cuidarse a sí misma y vivir la vida que ha elegido, esa es su responsabilidad. Las normas sociales son, sin duda, parte de la realidad de un país, al igual que las leyes que debemos aceptar. No hay otra forma en una democracia. Las mujeres, pero también los hombres, tienen que mantenerse firmes y luchar por su existencia. Sin embargo, las mujeres tienen que esforzarse mucho más.
– El metal a menudo explora temas oscuros y fantásticos. ¿Crees que esto permite a las mujeres, especialmente aquellas con voces poderosas como la tuya, expresarse de maneras que podrían estar más restringidas en géneros mainstream?
Jutta: Sí, absolutamente, en el mainstream no es posible. Temo el comercio como el diablo teme al agua bendita -sonríe-
– Has sido parte de una industria que ha visto cambios significativos, desde lo analógico a lo digital, y de dominada por hombres a algo más equilibrada. ¿Cómo crees que estos cambios han afectado la forma en que las artistas femeninas, particularmente en el heavy, conectan con su audiencia?
Jutta: La música metal sigue estando muy orientada hacia los hombres. Pero ahora también hay mujeres que hacen un buen trabajo. Me gustan lxs artistas que anteponen la música y al vestuario, al maquillaje o al espectáculo. Si tienes algo que decir, encontrarás una audiencia… es un dar y recibir.
– Aparte de las conocidas cantantes alemanas como Doro Pesch y Sabina Classen de Holy Moses, ¿qué artistas femeninas crees que están infravaloradas, ya sea dentro o fuera del género metal?
Jutta: Todo es cuestión de negocio. Desafortunadamente, Zed Yago colapsó en 1990 y ya no se me permitió usar el nombre que inventé porque no tenía derechos de autor privados para Zed Yago en una disputa legal. El nombre se quedó con la mayoría. ¡Trágico! Esto dio lugar a Velvet Viper en 1991. En una época que ya estaba ocupada por un estilo de música diferente… Demasiado «infravalorada», lo oigo muy a menudo, y todo lo que puedo decir es: mala suerte como artista. No tengo el negocio profesional, sin el cual no es posible una carrera. Así que hago lo que puedo sola con mis músicxs. Tocamos en festivales y clubes por toda Alemania, y siempre es un placer y se siente muy bien.
– Ver tu actuación en la edición de 2021 del Keep It True Rising fue una experiencia increíble. ¿Qué es lo que más recuerdas de ese festival?
Jutta: El día fue especial. KIT quería un espectáculo único solo con canciones de Zed Yago. Fue agradable porque a la gente le encantan las canciones antiguas. Incluso ahora con Velvet Viper, todavía tenemos canciones de Zed Yago en el repertorio.
– ¿Por qué decidiste disolver Zed Yago en 1990, solo para regresar ese mismo año con Velvet Viper? ¿Cuál es el estado actual de ambas bandas?
Jutta: Ya lo he descrito. Hubo muchos problemas, hasta llegar a los tribunales. Gracias a Dios, la comunidad del metal no aceptó a Zed Yago sin mí. Un pequeño consuelo. Velvet Viper está de vuelta desde 2015 con grandes músicos. Con Holger Marx, guitarrista y compositor, resucité a Velvet Viper. Las nuevas canciones vienen de ambxs.
– Eso es todo de nuestra parte. Gracias nuevamente por tu tiempo. Si deseas compartir algún pensamiento final, tienes la palabra.
Jutta: Deseo que el barco del metal siempre tenga suficiente agua bajo la quilla para que no se hunda. Y mujeres del metal: sed valientes, decid no al pop y a la música comercial y dedicaos al ritmo fuerte y pesado. Esta música tiene el mejor público del mundo. No hay ninguna escena más fiel y honesta. Nada es comparable con el metal.
Gracias por vuestro interés, Queens of Steel.
Saludos a España de parte de Jutta.
Por: Pere Guiteras y Tania Giménez