CRÍTICA: DISARRAY – Religious Disease
El nuevo disco de Disarray, Religious Disease, lanzado por Jawbreaker Records, viene con toda la furia del thrash metal sueco que esperas, y no decepciona. Si ya te atrapó su mini-álbum anterior Evil is Reborn, entonces prepárate para una versión aún más afilada y contundente. Desde el primer golpe de «Forbidden of Speech» hasta la devastadora «Inhuman Reign» (la bonus track para quienes pillen el CD o la cinta), el álbum no da tregua. En comparación con los discos que critican algunas reseñas por suavizar el sonido, Disarray sigue entregando ese thrash furioso y directo, en la línea de bandas como Sadus o Vio-Lence.
Lo que destaca en Religious Disease es cómo logran canalizar la frustración y el caos de un mundo en decadencia. Canciones como «Hell’s Fire» y «Guilty Until Proven Innocent» no solo revientan tus oídos con riffs rápidos y agresivos, sino que también llevan un mensaje de rabia contra el control y la injusticia. «Realize You’re Already Dead» es un ejemplo claro de esto, con su estructura feroz y un bajo que te machaca sin piedad. No es solo un disco para mover la cabeza, sino también uno que te deja pensando, con letras que enfrentan realidades duras.
Muchxs comparan su sonido con el thrash clásico de los 80, pero lo que hace Disarray es darle una vuelta moderna, manteniendo la agresividad sin caer en excesos técnicos innecesarios. Es thrash crudo, como debe ser, pero con una producción que le hace justicia a la energía que descargan.
Este álbum va a resonar fuerte en la escena underground de Estocolmo y más allá. Si buscas un thrash directo y sin adornos, Religious Disease es lo que necesitas.
Jawbreaker Records (2024)
Puntuación: 7,5/10