ARTÍCULO: Brujas, poder y subyugación femenina: Un análisis social y de género de La máscara del demonio (1960)

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Introducción

La máscara del demonio (Black Sunday), dirigida por Mario Bava en 1960, es una obra seminal del cine de terror italiano. Conocida por su atmósfera gótica, visuales impactantes y exploración de temas sobrenaturales, la película narra la resurrección de una bruja centenaria, Asa Vajda, que busca venganza sobre sus descendientes. Ambientada en la Moldavia del siglo XVII, la película mezcla elementos de brujería, vampirismo y lo sobrenatural para crear una narrativa de terror atemporal. Sin embargo, debajo de la superficie de este relato gótico subyace un subtexto rico en dinámicas de género, estructuras de poder social y el temor a la agencia femenina.

Desde una perspectiva feminista, La máscara del demonio puede interpretarse como un reflejo de la represión histórica de las mujeres, particularmente de aquellas que eran vistas como una amenaza para los sistemas patriarcales. Asa, el personaje central de la película, representa a la arquetípica «mujer peligrosa», cuya fuerza debe ser controlada o destruida por la autoridad masculina. Su castigo, marcado por la tortura y la deshumanización, refleja el trato que sufrían las mujeres acusadas de brujería a lo largo de la historia. A través del prisma de género, esta película invita a un análisis sobre cómo los cuerpos, la autonomía y el poder de las mujeres han sido históricamente temidos y subyugados.

Breve sinopsis

La película comienza con la ejecución de Asa Vajda (Barbara Steele), una bruja acusada de practicar magia negra y vampirismo. Es condenada por su propio hermano, quien ordena que sea quemada en la hoguera y que le claven una máscara de hierro en el rostro. Antes de morir, Asa maldice a su hermano y a sus descendientes, jurando regresar para vengarse. Siglos después, el doctor Kruvajan y su asistente, el doctor Gorobec, accidentalmente resucitan a Asa mientras pasan por su cripta. Asa comienza una campaña para poseer el cuerpo de su descendiente Katia (también interpretada por Barbara Steele), con el fin de regresar por completo a la vida y continuar su reinado de terror.

La bruja como amenaza femenina: Poder femenino y miedo masculino

Asa Vajda se presenta como una figura de poder tanto sexual como sobrenatural, una combinación que la convierte en una amenaza en la sociedad patriarcal de la película. Su ejecución en la escena inicial es brutal: la atan a una estaca, la torturan y le clavan una máscara de hierro con púas en la cara antes de ser quemada. Este espectáculo violento de control y castigo refleja la realidad histórica de los juicios por brujería, donde las mujeres eran perseguidas por salirse de los roles tradicionales de género. En este sentido, el castigo de Asa sirve como un comentario sobre el temor social más amplio hacia las mujeres que se niegan a conformarse con las normas patriarcales.

La rebeldía de Asa es evidente desde el principio. Mientras es condenada, se burla de los hombres que la acusan y lanza una maldición contra el linaje de su hermano, mostrando su negativa a someterse a la autoridad masculina. El concepto de Barbara Creed sobre «lo monstruoso-femenino» es particularmente relevante aquí. En The Monstrous-Feminine: Film, Feminism, Psychoanalysis (1993), Creed analiza cómo los monstruos femeninos en el cine de terror a menudo encarnan el miedo hacia el poder y la autonomía sexual femeninas. La representación de Asa se ajusta a este arquetipo, ya que su poder sexual y sobrenatural debe ser suprimido mediante la violencia física, y su maldición representa una amenaza persistente para el orden masculino. Asa no solo es malvada, sino que encarna la agencia femenina que los hombres buscan controlar o erradicar.

La máscara de hierro: Símbolo de la subyugación femenina

La imagen de la máscara de hierro clavada en el rostro de Asa es una de las escenas más memorables y perturbadoras de La máscara del demonio. Esta máscara sirve como un poderoso símbolo de la silenciación y deshumanización de las mujeres. El rostro de Asa, su identidad y su voz son literalmente cubiertos y perforados por esta máscara, lo que refleja cómo los sistemas patriarcales han buscado históricamente silenciar a las mujeres que desafían el poder masculino.

El uso de la máscara también evoca asociaciones con la idea de que las mujeres están «enmascaradas» o ocultas en la sociedad. En las culturas patriarcales, a menudo se espera que las mujeres conformen roles pasivos y controlados, con su autonomía y deseos enmascarados o reprimidos. La máscara, por tanto, representa las estructuras sociales más amplias que buscan controlar el poder de las mujeres, particularmente su autonomía sexual e intelectual. Como argumenta Judith Butler en El género en disputa (1990), el género es performativo, y a menudo se obliga a las mujeres a desempeñar roles que se alinean con las expectativas sociales. La máscara de Asa representa una manifestación extrema de esta dinámica, donde su verdadera naturaleza—su poder, intelecto y sexualidad—es forzada a ocultarse y controlarse.

Asa y Katia: Dualidad de la feminidad

Un tema significativo en La máscara del demonio es la dualidad entre Asa y su descendiente Katia. Ambas mujeres son interpretadas por Barbara Steele, lo que subraya la imagen especular entre los dos personajes. Asa, la bruja, representa a la mujer «peligrosa» que desafía las normas patriarcales, mientras que Katia encarna a la mujer inocente y pasiva que se ajusta a las expectativas tradicionales de feminidad. Esta dualidad refleja lo que Sandra Gilbert y Susan Gubar describen en The Madwoman in the Attic (1979) como la división entre el «ángel» y el «monstruo» en las representaciones culturales de las mujeres.

Katia es introducida como una princesa virtuosa y hermosa, vulnerable y necesitada de protección masculina. Su caracterización contrasta marcadamente con la de Asa, quien es independiente, sexual y vengativa. Sin embargo, la película complica esta dicotomía al hacer de Katia el objetivo de la posesión de Asa. Asa busca transferir su conciencia al cuerpo de Katia, fusionando simbólicamente a la «buena» mujer con la «peligrosa» mujer. Este dispositivo narrativo plantea preguntas sobre la identidad femenina y la autonomía. Si Katia representa a la mujer ideal bajo el patriarcado—sumisa, hermosa e inofensiva—el deseo de Asa de poseerla puede interpretarse como un intento de reclamar el poder que les ha sido arrebatado a las mujeres como Katia a lo largo de la historia.

El papel de la autoridad masculina: Control y miedo

A lo largo de la película, los personajes masculinos desempeñan el papel de figuras de autoridad que intentan controlar o destruir a Asa. Su hermano, que la condena, y los doctores Kruvajan y Gorobec, que la resucitan accidentalmente, están alineados con las instituciones patriarcales que ven el poder de Asa como una amenaza. Los protagonistas masculinos buscan evitar el regreso de Asa y proteger a Katia, la figura femenina idealizada, de ser corrompida.

En este sentido, la película refleja un tema más amplio en el cine de terror, donde las mujeres que se salen de las normas sociales deben ser controladas o eliminadas. Como Carol J. Clover discute en Men, Women, and Chainsaws (1992), las películas de terror a menudo retratan el poder femenino como algo que perturba el orden social, lo que requiere que un salvador masculino restaure el equilibrio. En La máscara del demonio, las habilidades sobrenaturales de Asa desafían el orden establecido, y los personajes masculinos se ven obligados a evitar su regreso al poder. Esta dinámica subraya el subtexto de la película sobre el miedo a la autonomía femenina y la necesidad de suprimir el poder de las mujeres para mantener el control patriarcal.

Escenas clave: La resurrección y la seducción de Asa

Una de las escenas más significativas de la película es la resurrección de Asa. Esta escena es visualmente impresionante, con el estilo gótico característico de Bava que intensifica el horror de su reanimación. Desde una perspectiva de género, esta escena marca el momento en que Asa comienza a reclamar su poder después de siglos de represión. Su resurrección no es solo física, sino simbólica de la resurgencia de la agencia femenina que había sido enterrada por fuerzas patriarcales.

Otra escena notable ocurre cuando Asa intenta seducir al doctor Kruvajan, utilizando su atractivo sobrenatural para manipularlo. Este momento subraya el temor a la sexualidad femenina que impregna la película. La seducción de Kruvajan por parte de Asa es una manifestación de la ansiedad masculina sobre las mujeres que utilizan su sexualidad como forma de poder. Asa, en este sentido, se convierte en una figura tanto de miedo como de deseo, encarnando la naturaleza dual de las mujeres en las narrativas patriarcales: son simultáneamente objetos de atracción y amenazas para la autoridad masculina.

La monstruosidad femenina y la venganza de las mujeres

En el corazón de La máscara del demonio está el deseo de Asa de vengarse de quienes la condenaron y de sus descendientes. Esta narrativa de venganza es central en su papel como figura de lo monstruoso-femenino. La maldición de Asa y sus acciones posteriores están impulsadas por el deseo de recuperar el poder que le fue arrebatado, no solo por los hombres, sino por las estructuras sociales que la demonizaron y destruyeron. Su venganza es una reivindicación simbólica del poder femenino, aunque esté enmarcada en un contexto de horror y destrucción.

Como señala Barbara Creed en su análisis de lo monstruoso-femenino, las mujeres en el cine de terror a menudo son retratadas como figuras vengativas que buscan justicia por los agravios sufridos. Asa encaja en este molde, pero su personaje es más complejo que un simple villano. La película permite cierto grado de simpatía hacia ella, ya que su castigo inicial se muestra como excesivamente cruel y arraigado en el miedo a su independencia y sexualidad. Su deseo de venganza es, en cierto modo, una reacción justificada ante siglos de opresión.

Conclusión: La máscara del demonio como crítica feminista del poder y el control

La máscara del demonio ofrece un texto rico para el análisis feminista, especialmente en su exploración de la represión histórica del poder femenino y el temor social hacia la autonomía de las mujeres. Asa Vajda, como bruja y vampira, encarna lo “monstruoso-femenino”, una figura que desafía el control patriarcal y se niega a conformarse con los roles tradicionales de género. A través de su resurrección y venganza, la película explora temas de agencia femenina, subyugación y el miedo hacia las mujeres que poseen poder.

La representación dual de Asa y Katia subraya las formas en que las mujeres a menudo son forzadas a desempeñar roles dicotómicos en las sociedades patriarcales, con la “buena” mujer siendo recompensada y la “mujer peligrosa” castigada. Sin embargo, La máscara del demonio complica esta narrativa al sugerir que el poder de la “mujer peligrosa” es algo que se teme porque desafía el orden dominado por los hombres, pero también es algo que merece ser reconocido.

En conclusión, la obra de Mario Bava no solo es un clásico del terror gótico, sino también un comentario profundo sobre el género, el poder y la represión histórica de la autonomía femenina. A través de la representación del ascenso y caída de Asa, la película invita a reflexionar sobre las formas en que el poder de las mujeres ha sido demonizado y suprimido para mantener el control social y patriarcal.

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