OLÓRIN – Through Shadow and Flame

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El grupo OLÓRIN de Doom Metal americano OLÓRIN está a punto de editar su álbum debut «Through Shadow and Flame», una obra de temática inspirada por completo en «El Señor de los Anillos» que es la banda sonora de la batalla de Gandalf en las Minas de Moria. Y cumple su propósito con buenas dosis de épica en combinación con puntos más heavies y una atmósfera muy presente siempre oscura y muy tremendamente densa.

El disco abre con “Black Chasm”. Es una secuencia de riffs en plan Doom lineal pero con un sonido más limpio dentro de la crudeza de los mismos, con una voz que lo acompaña también lentamente pero manejando la lírica épico-mística. Apenas hay cambios de ritmo hasta mitad del tema, con otra secuencia de riffs más heavies al estilo SABBATH de los 80, y donde la voz adquiere algo más de dramatismo para llegar al final de nuevo como al principio; de forma oscura y luctuosa. “Descension” sigue con la tesitura del sonido más Doom pero con un aire más Epic y primitivo, a lo MANILLA ROAD pero con punteos sueltos que recuerdan a CIRITH UNGOL. Apenas hay espacios entre los riffs, alargando la instrumentación todo lo que se pueda, llegando a pasajes que te envuelven con unos sonidos mágicos y misteriosos. Vocalmente lo mismo; a fuego lento alargando las frases, dándole esa teatralidad al estilo Messiah Marcolin. En cambio, con “Ringwe” la forma de emplear el Doom es aún más clásica, al estilo de aquellas bandas primerizas como BLACK WIDOW o PENTAGRAM, con un aire más añejo pero con ese sentimiento en los riffs y notas de ritual oscuro. También contiene algunos pasajes al estilo “Spirit Caravan”, brindándole ese plus de psicodelia sin abusar pero con notoriedad. Lo mismo que pasa en “The Endless Stair”, el cual es de una lentitud brutal, solo con un golpe de riff y unas cuantas notas hipnóticas semi-psicodélicas que van sucediéndose progresivamente. Mientras que vocalmente sigue rozando esa agonía dramática llena de miedo. Son ocho minutos de canción donde apenas hay cambios, pero suceden muchas cosas en una atmósfera llena de momentos corales y riffs metalizados. Llegando a “Durin’s Tower” nos encontramos ante el corte más rápido que, para lo lento que es el disco, sigue siendo Doom, pero más metalizado, con unos riffs más heavies estilo CANDLEMASS/CATHEDRAL, con más cambios de ritmo e incluso vocalmente con tesitura tan melódica como metálica, según requiera el ritmo. Y llegando al final tenemos una intro envolvente con sonido de campanitas, como si fuese un entierro, llamada “Mornie”, que nos lleva a la última pista, “The White Rider”. La más larga de todas. Casi diez minutos donde nos encontramos todo lo que se ha podido escuchar a lo largo y ancho de este trabajo: riffs de una crudeza sobrehumana a una lentitud pesadísima, sonido y efectos oscuro-cósmicos, una voz agonizante, narrativa, cambios de ritmo con paso nazareno y unos solos con mucha elaboración, con más juego, pero muy épicos.

En resumen, un buen disco con su atmósfera, carga oscura y bien ambientado en el género que nos ocupa.

Rafchild Records (2021)

Puntuación: 7/10

Paco Gómez

paco@queensofsteel.com

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