Estamos en crisis

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Estamos hartos de escuchar en todas partes que hay crisis y, sí señores, definitivamente, la hay. Hay crisis, pero crisis de imagianción, crisis de sinceridad, humildad. Pero, por otro lado, cada vez hay otros muchos elementos en auge; la ambición, el sentido de culpabilidad a terceros, la subjetividad e interés en los medios.
Por lo tanto, amigos, en la música también hay "crisis", pero ésta en concreto viene de largo y lleva el nombre, actualmente desvirtuado, confuso y, en muchas ocasiones, erróneo, de "piratería".ceros, la subjetividad e interés en los medios.

Estamos hartos de escuchar en todas partes que hay crisis y, sí señores, definitivamente, la hay. Hay crisis, pero crisis de imagianción, crisis de sinceridad, humildad. Pero, por otro lado, cada vez hay otros muchos elementos en auge; la ambición, el sentido de culpabilidad a terceros, la subjetividad e interés en los medios.
Por lo tanto, amigos, en la música también hay «crisis», pero ésta en concreto viene de largo y lleva el nombre, actualmente desvirtuado, confuso y, en muchas ocasiones, erróneo, de «piratería».ceros, la subjetividad e interés en los medios.

No es necesario recordar una vez más la canción de siempre, la que se nos ha repetido en los últimos años en todo tipo de medios, incluso en los de carácter más underground. A estas alturas creo que ya todos conocemos más que de sobra los inconvenientes de los avances tecnológicos para las grandes discográficas.

Hoy en día se pueden conseguir discos por Internet incluso antes de que salgan a la venta, se puede disfrutar de la música con cualquier aparato desde cualquier lugar. Es innegable que el tiempo pasa y lo hace a pasos agigantados en el campo de la tecnología, por ello las bandas y gente vinculada a este mundo también deben acostumbrarse y utilizar su imaginación para beneficiarse de ello, como ya hicieron, por ejemplo, Metallica hace algunos años; colgando en su web conciertos para descargar por un precio realmente bajo. Cada vez hay que tener más alicientes para hacer de un trabajo algo apetecible para el público y dignos de dejarnos el dinero. Tenemos que encontrar buenos discos en todos los aspectos; con un buen sonido, una buena presentación, un buen tema… Algo que, sin duda, se está perdiendo. Se está perdiendo el trabajo cuidado. Se está perdiendo el arte de la música y se antepone el negocio musical.

Estos años de existencia de Queens of Steel me han servido, entre otras muchas cosas, para hablar con todo tipo de grupos; de distintos estilos, algunos noveles y otros consagrados, nacionales e internacionales… Y para conocer su opinión sobre Internet, la cual, en la mayor parte de casos ha sido positiva. Y tampoco es necesario recordar las obvias ventajas de este medio al alcance de todos. Y es que, entre otros, páginas como la nuestra, desde donde intentamos promocionar de la manera que está a nuestro alcance y sin recibir nada a cambio, tanto grupos como todo tipo de gente relacionada de alguna forma con el mundo de la música, no serían posibles sin el, tanto amado como odiado Internet.

Desde Queens of Steel no apoyamos la piratería (aunque sí el hecho de bajarte un disco desde tu propio ordenador, algo por lo que, por mucho que lo intenten, no pueden hacernos sentir culpables) y tampoco nos tapamos los ojos ante los evidentes efectos negativos de la piratería a la industria musical. Apoyamos las bandas que se dan a conocer en su web o MySpace, que producen ellos mismos sus discos y cubren sus gastos pasando horas y días en la carretera demostrando su valía, que no dependen de sellos ni contratos.
Porque, como nos han comentado distintos grupos en más de una ocasión a los que formamos esta página: las bandas actualmente viven de sus conciertos. Los que viven (no confundamos ésto con “recibir beneficios”) de los discos, no son otros que la gente de las discográficas. Es por ello que cada vez encontramos más grupos grabando en su propio sello o auto-produciendo sus trabajos, sin depender siquiera de ingenieros y productores realmente ajenos. A las únicas bandas a las que esto afecta o, mejor dicho, a su codicia y ambición, son las de nombres consagrados que venden cientos de miles de discos y que pueden gozar de una vida acomodada gracias a su carrera (y que, en ocasiones, siguen ahí por su nombre), ya que a esas cifras sí se les nota el pequeño porcentaje de dinero que los artistas reciben por ellos (el cual se divide en distribuidoras, tiendas de discos, etc.).

Las discográficas están en crisis; crisis de imaginación por no llamar a las cosas por su nombre, crisis de ingenuos que creen que bajarse un disco es delito o de personalidad, por haber hecho creer a algunas personas que somos ladrones si no compramos música. No hay duda de que es una tradición muy bonita que no debería perderse y la que, creo, que los metaleros siempre hemos seguido en medida de lo posible; está claro que una estantería no es la misma sin CD’s, ni un disco es lo mismo sin un buen libreto, etc. Pero, simplemente, no pueden imponernos seguir esta costumbre por tener la conciencia tranquila, por no decir que, con los precios de los álbumes, es prácticamente imposible comprar los mismos que comprábamos hace algunos años. Todos tenemos el libre derecho a elegir, y en la música no es una excepción.
Este tema siempre es el mismo y con diferentes puntos de vista según quién lo exponga. Las discográficas y gente involucrada en el negocio musical afirman que suben los precios de la música por la poca cantidad que se compra. Los que nos bajamos discos afirmamos que, si se bajaran los precios, la piratería sería menor.

Ahora es cuando realmente podemos ver que los grupos se valen por sí mismos (que no se limitan a sentarse en el estudio y grabar un compacto tras otro), que discográficas no es sinónimo de música y que, a pesar de cómo nos lo vendan, no se puede matar a la música ni poner un nombre ajeno a los propios errores. Ahora es cuando realmente vemos lo que es la música; todavía más sacrificio y menos terceros. Cada vez más cómo lo que realmente es: arte y cultura propia del artista.

Señores, estamos en crisis, pero no dejemos que nuestros errores afecten a ese único inmortal llamado arte.

Tania Giménez

1 pensamiento sobre “Estamos en crisis

  1. Sigo comprando CDs (ayer mismo compré dos), pero también investigo. Escucho muchos CDs antes de comprarlos para no llevarme decepciones, algo que no se podía hacer antes. Y las discográficas me parecen los grandes perjudicados pero porque se lo han buscado, cobrando precios abusivos por un producto a veces infame. El mercado está saturado y la mayoría de veces los buenos grupos no llegan donde tendrían que llegar por falta de recursos.
    Estamos en crisis de imaginación, de ideas y les ha pillado en bragas cuando hacía tiempo que se veía venir. Las discográficas se creían invencibles y ahora estan pagando sus abusos. Y yo me alegro.
    ¿Quien dijo, hace unos años, que los discos no podían bajar de precio? Más vale que se esconda… porque la cagó estrepitosamente.

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