Barcelona, stenchcore de alcantarilla y militancia sonora

Hay demos que te escupen a la cara. Otras, directamente te agarran del cuello, te arrastran por una acera llena de cristales y luego te dicen “gracias por venir”. Esta demo de Sayón es de las segundas. Cuatro cortes de stenchcore con alma punk, rabia crust y un ligero regusto a óxido metálico que demuestran que en Barcelona no todo es turismo y cerveza a 5 pavos. También hay punk del bueno: sucio, directo, y con ganas de meter el dedo en todas las llagas.

El trío lo forman Anyela (voz y bajo), Esteban (voz y guitarra) y Xavi (batería). Tres nombres que no vienen de la nada, sino de bandas como Ayucaba, Dominación o Harén, entre otros, y que ahora se juntan para levantar otro muro de sonido desde el subsuelo. Lo suyo bebe directamente de las cloacas de Amebix y se contagia de la podredumbre nihilista de Nausea, especialmente en ese diálogo vocal a cuchillo entre Anyela y Esteban, que se reparten líneas como quien reparte cócteles molotov.

Desde el arranque con “Prisión”, Sayón deja claro que esto no va de florituras: riffs densos, batería marcial y una sección rítmica que suena como una apisonadora pasando por encima de una iglesia. La voz de Anyela ruge, la de Esteban responde, y entre ambas se construye una narrativa que grita desde las entrañas. “Falsa Imagen” mantiene el pulso con ese aire al metal en algunos de los riffs y un estribillo extrañamente pegadizo, con esa cabalgada, dentro de esta condensación de mugre, mientras que “Enemigo” cabalga con un groove que parece salido de los ensayos perdidos de Sacrilege.

Pero el auténtico puñetazo final llega con “¡Vive, Muere, Arrodíllate!”, título que lo dice todo sin necesidad de explicación. Aquí Sayón mezcla crust y metal como quien mezcla gasolina y cerillas: con intención clara de que todo arda. La sección rítmica de Xavi es un tanque apisonador, mientras Anyela y Esteban vomitan líneas que van directas contra quienes manejan el cotarro: jerarquías, estructuras de poder y, en definitiva, contra quienes viven a costa del resto.

La producción, a cargo de Valemadres Records, mantiene ese equilibrio sucio pero entendible que tan bien le sienta al género. Nada de edulcorantes: la demo suena como tiene que sonar, como si la hubieran grabado dentro de un túnel ocupado por ratas.

El artwork, hecho por la propia banda, mantiene esa estética DIY que remite al espíritu de sellos como Profane Existence, pero pasado por el filtro barcelonés de punk afilado y sin postureo.

Disponible en digital (¡en 24-bit, para lxs frikis del audio!) y en cassette gracias a Disordera Records, esta demo no es solo una carta de presentación: es una declaración de guerra. Sayón no están aquí para agradar. Están aquí para recordarnos que la música también puede doler, y que a veces duele más lo que dice que cómo suena.

Así que si echabas de menos ese stenchcore combativo, denso, decrépito y con voz propia, dale al play. Y luego vete a buscarles en directo, que esto en vivo huele a humo, a cuero y a insumisión.

 Escúchala aquí:
 https://sayonpunk.bandcamp.com/album/demo-2025

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