ENTREVISTA: WICKED LEATHER: Fieras del Metal Oscuro: Entre monstruos, miedos y revolución

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Sumérgete en el universo visceral y cautivador de Yami, la voz indomable detrás de Wicked Leather, la banda de heavy metal de Barcelona que está redefiniendo el género. En esta entrevista, exploramos cómo el terror, el poder femenino y la reinterpretación del legado clásico se entrelazan en su propuesta artística. Desde la dualidad vida-muerte en sus letras hasta la influencia del cine ochentero, Yami nos habla de música, miedo y monstruos como motores de creación. No solo es un diálogo sobre heavy metal, sino una inmersión en lo profundo de la psique humana y el arte.

– El nombre Wicked Leather no solo evoca la rebeldía clásica del cuero en el imaginario del heavy metal, sino que también tiene un matiz oscuro, casi ritualístico, con el “wicked.” ¿Cómo conecta este nombre con la tradición del género y con vuestra visión como banda? ¿Es también un guiño a vuestra manera de reinterpretar ese legado clásico?
El nombre “Wicked Leather” es como reinterpretando lo clásico con un filo oscuro. El nombre Wicked Leather encapsula el alma de la banda. Es cierto, hay un homenaje claro al cuero como emblema del heavy metal, pero “wicked” añade esa capa oscura, malvada y retorcida que forma parte de nosotros, que conecta con nuestra visión: honrar la tradición mientras le damos un giro más siniestro y desafiante. Queremos reinterpretar lo clásico, pero desde nuestras entrañas. Somos esa mezcla de lo conocido y lo peligroso.

– Vuestra música respeta profundamente el heavy metal clásico pero tiene un sello propio que lo hace contemporáneo. ¿Cómo os aseguráis de que vuestro sonido no solo honre la tradición, sino que también abra nuevas puertas para el género?
Nuestro sonido bebe de las raíces del heavy metal clásico porque nos criamos con él. Buscamos reinterpretar, romper moldes, sacar a la gente del lugar cómodo. Nos aseguramos de que cada riff, cada línea vocal y cada atmósfera tenga algo personal, algo que no suene a “esto ya lo escuché antes”. Es un equilibrio entre tributo y revolución. Si no abrís nuevas puertas o no te tiras al vacío, no hay vértigo, no hay adrenalina, y estos son esenciales en el metal.

– En vuestra música se perciben ecos de bandas como Acid, no solo en el sonido, sino también en el tono de las letras. ¿Qué influencia tienen bandas lideradas por mujeres en vuestra propuesta? ¿Qué referentes femeninos te han marcado, Yami, en la creación de Wicked Leather?
Kate de Acid, sin duda, y voces como las de Leather Leone o Wendy O. Williams son pilares que inspiran no solo en lo musical, sino en su fuerza cruda y auténtica. Nos interesa mucho cómo rompieron estereotipos y reclamaron un espacio que parecía vedado, no ser la doncella en apuros o eso que ya saben cómo suena, que ya lo escucharon antes. Esas referentes nos recuerdan que podemos crear desde lo visceral, desde lo femenino, y aún sonar más feroces que un trueno.

– Yami, ser argentina y vivir en Barcelona seguramente impacta tu perspectiva e identidad creativa. ¿Cómo influye esta experiencia en la dinámica de la banda y en la manera en que abordáis temas universales desde un lugar tan personal?
Para mí, venir de Argentina y estar en Barcelona me ha dado una perspectiva híbrida. Ojo que viví muchos años en Estados Unidos, Uruguay y otros países por el trabajo de mi progenitor. Siempre sentí que es como vivir en un puente entre mundos: no pertenecer a nada y a la vez que todo te pertenezca. Eso se filtra en las letras y las dinámicas de la banda. La distancia, el desarraigo y la mezcla cultural añaden profundidad a lo que hacemos. Las emociones son universales, pero también únicas según el prisma con el que las observes. Eso nos permite abordar lo personal y lo universal con la misma intensidad, sin limitarnos y sin definirnos.

– De hecho, en las canciones de Wicked Leather, el terror no solo se presenta como un tema estético o narrativo, sino como una vía para explorar lo oculto y lo desconocido, un tema que ha estado históricamente vinculado al género masculino en el heavy metal. Al usar el terror, ¿buscáis reconfigurar esa narrativa de control y dominio para empoderar a la figura femenina, tanto en el escenario como en las letras? ¿Cómo veis la relación entre el poder femenino y lo macabro, lo siniestro?
El terror, en manos del heavy metal vinculado al género masculino, es una herramienta de poder o control, dar miedo de alguna forma. Pero creo que tengo una visión diferente: las mujeres lo usamos para crear, no para controlar. En ese sentido, lo macabro nos sirve para reconfigurar la narrativa, poner a la figura femenina en el centro como una fuerza creadora y destructora, desde el monstruo de adentro. En el escenario o en las letras, ese poder siniestro es nuestro y lo usamos para empoderar. Uno puede enamorarse de sus miedos también y coquetear con ellos un poco. ¿Por qué el terror tendría que ser un dominio masculino? Es nuestro también.

– El miedo es un tema recurrente en vuestro trabajo. ¿Lo veis como algo que hay que enfrentar, aceptar o convertir en otra cosa? ¿Qué habéis aprendido de trabajar con el miedo como tema artístico?
Para mí el miedo es algo que seduce. Cuando era chica, todo lo que me daba miedo me gustaba y empecé a explorar mis propios límites de tener miedo. Y cada vez esa sensación me hacía sentir más fuerte, pero… no queremos simplemente enfrentar el miedo, queremos vivirlo, explorar sus grietas. Al usarlo como tema artístico, hemos aprendido que el miedo tiene muchas caras: es una herramienta, un espejo y, a veces, un monstruo que puedes acariciar y tocar. Es un recurso poderoso porque nos conecta con lo más humano y lo más primitivo.

– La energía visceral de vuestra música y, en especial, de la voz, parece cargada de emociones personales. ¿Veis a Wicked Leather como un vehículo para procesar o transformar vuestras propias experiencias y emociones? ¿Tiene Wicked Leather, o el arte, algo de catártico?
Por supuesto que Wicked Leather tiene algo catártico. Todo lo que hacemos está cargado de experiencias y emociones personales, transformadas en algo colectivo. Subir al escenario es como gritarle al vacío y que te grite de vuelta. Es una purga, pero también una afirmación. Si no pones tu alma en esto, no sirve. Es tan sencillo como eso.

– “Night Hunter”, de vuestro EP debut, evoca una atmósfera cargada de misterio y amenaza. Más allá del horror que refleja, ¿qué monstruos -o entes- personales, históricos o culturales inspiraron la narrativa? ¿Creéis que estos monstruos son metáforas de luchas internas o críticas sociales?
“Night Hunter” nació de la fascinación por esos monstruos internos y externos que nos acechan. Esos cazadores pueden ser una crítica social, un trauma personal o una sombra que vive en todos nosotros. ¿Monstruos históricos? Claro. ¿Personales? Sin duda. Todos tenemos cicatrices y todos tenemos algo de monstruos, y los usamos como metáforas para explorarnos y entendernos mejor. No hay horror más real que el que cargamos dentro.

– La dualidad entre vida y muerte en “Lightning Strike” resuena con ideas como las de Jung sobre la integración de opuestos. ¿Cómo exploráis esta dualidad en la música? ¿Es un tema que también os impacta a nivel personal o creativo?
La vida y la muerte son caras de la misma moneda, y esa dualidad es algo que nos obsesiona. Pelear o luchar contra nuestra sombra es llegar a acuerdos con esta dualidad. No solo en lo filosófico, sino en lo visceral. La música es perfecta para explorar esa tensión, y sentimos que cuando logras integrar ambos opuestos, algo poderoso ocurre. A nivel personal, esa dualidad nos impacta todo el tiempo: la creación y la destrucción van de la mano. La pulsión de muerte muchas veces se transforma en arte, en creación, por tanto en vida.

– El cine de terror ochentero está presente en vuestra música, pero también hay una crudeza que va más allá de lo visual. ¿Qué os atrae de ese género como medio para explorar emociones humanas complejas, y cómo influye en la narrativa de canciones como “Night Hunter”?
El cine de terror de los 80 tiene algo especial: su crudeza, su falta de filtros. La belleza de lo grotesco. Eso resuena con lo que hacemos porque no queremos pulir demasiado las cosas; queremos que se sientan reales y humanas. Nos interesa cómo el terror explora emociones complejas, cómo puede ser grotesco y hermoso al mismo tiempo. En canciones como “Night Hunter” se nota esa influencia directa.

– ¿Cuáles son vuestras películas y libros de terror preferidos? Recomendadnos algo que quizás no conozcamos.
De Stephen King, The Stand es una obra maestra que explora la lucha entre el bien y el mal. Si quieres algo menos conocido, prueba El corazón condenado de Clive Barker (Hellraiser), una joya de lo incómodo. En cine, te recomendamos In the Mouth of Madness (1994) de John Carpenter: perturbadora y única. Si te gusta el límite del horror y la locura, te va a encantar.

– Esto es todo, gracias una vez más por vuestro tiempo. Si queréis añadir cualquier cosa para cerrar, las últimas líneas son vuestras.
Gracias a ti por esta entrevista cargada de vida (y de muerte). Queremos que Wicked Leather sea un refugio y un grito para quienes se sienten como nosotros. Si te animas, sigue coqueteando con el miedo, porque él tiene mucho que enseñarnos, sobre todo de nosotros mismos.

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