HYPOCRISY + HATESPHERE – Sala Salamandra 1 (27/09/2013)

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A pesar de las opiniones mezcladas sobre álbumes como “Catch 22″, una de las pocas formaciones que sabes nunca te va a decepcionar es HYPOCRISY o, mejor dicho, si hay un artista dentro del Metal que sabes que nunca va a hacer algo que no sea de calidad (aunque siempre ampliando sus horizontes), ese es el polifacético Peter Tägtgren, de hecho no decepciona jamás ni en su faceta como productor, compositor, vocalista o guitarrista, no importa con cual banda. Tampoco decepciona en directo y ello, junto a su impecable último disco, «End of Disclosure», era un gran motivo para ver a los suecos en su primera cita española en la Sala Salamandra, además con unos acompañantes de lujo como son los daneses HATESPHERE, que ese mismo día lanzaban su último álbum, «Murderlust». La intensidad en esta cita estaba asegurada.

Los primeros en subirse al escenario, ya con un público considerable frente al escenario, fueron los de Pepe y sus HATESPHERE, que empezaron su repertorio descargando con ganas y su inseparable groove «Lies and Deceit», seguida por la devastadora «500 Dead People», la cual ha sido rescatada en directo en su nuevo redondo. La banda se mostró en todo en momento en perfecta sincronización, algo muy a tener en cuenta tras la cantidad de cambios de formación que han tenido, quedando Pepe como único miembro original. Siguieron con su solidez y potencia con cortes como «Resurrect with a Vengeance», la cual dio paso a la única pista que interpretaron de su nuevo disco, la propia «Murderlust», la cual dejó claro que el quinteto danés sigue fiel a sus raíces y a lo que siempre han hecho, combinando velocidad aplastante con densidad y opresión auditiva, y en directo lo hacen también con total facilidad. Sin tregua y con un simpático vocalista continuaron dando un firme repaso a su discografía con una propuesta compacta y segura, y el público quedó más que satisfecho (y hambriento) con el preludio a cargo de HATESPHERE.

 

Pero el plato fuerte, ese que congregaba en Salamandra a la mayor parte del público, todavía estaba por subir a las tablas. El escenario se veía coronado por una enorme pancarta con la portada del disco más reciente del grupo, «End of Disclosure», y frente a ella una tarima sobre la cual yacía la batería de Horgh. De repente las luces se apagaron, la música cesó y con una intro que incrementó las ansias del público barcelonés por ver a HYPOCRISY, Peter Tägtgren y los suyos salían al escenario con seguridad y dispuestos a descargar toda su energía mientras sonaba «End of Disclosure». Un tema muy melódico, pero que no quitó las ganas. El contrapunto lo pusieron con la arrolladora «Tales of Thy Spineless», que sucedió sin pausa a la pista que abrió el concierto. Tras dos cortes de su último álbum que nos reafirmaban su potencial, los suecos nos ofrecieron una merecidamente bien acogida «Fractured Millennium», seguida de cerca por otro viaje al pasado, concretamente al siempre gran debut «Penetralia» (recientemente reeditado, por cierto), rescatando la aplastante «Left to Rot». Pero aún quedaban muchos himnos por descargar. Sacando a la luz su lado más melódico y atmosférico, nos regalaron «The Eye», con unos sintetizadores que realzan esa atmósfera.

Lo cierto es que ese día no nos encontramos a la banda más comunicativa del mundo, con un Peter que se dirigió a su público en pocas ocasiones. Pero eso no importó en absoluto: la banda se veía perfectamente sincronizada, firme con cada paso, haciendo lo que mejor se le da. Impartieron toda una lección de cómo dar un buen concierto de Death Metal, tan directo e intenso como eficaz. Lo demostraron sin necesidad de palabrería o exhibiciones, como dejaron claro al interpretar «The Abyss» o «Valley of the Damned». Otro ejemplo de una velada llena de contrastes, combinando sus cortes más feroces con sus canciones más melódicas, esas donde impera el ambiente que tan bien supieron transportar al directo. Con una sala llenísima tampoco faltaron «Fire in the Sky» o «Necronomicon», seguidas sin pausa por «Buried», «Elastic Inverted Visions» y, finalmente, «War-Path», última pisa que tocaran antes de los bises.

Y los bises llegaron. HYPOCRISY abandonó el escenario ponían la sala aún más patas arriba mientras el público quería más. Y ese más empezó con fuerza arrancando con «Roswell 47». «Adjusting the Sun» retumbó en todos los oídos sin dejar de ser coreada. Aunque la locura máxima se desató con la imprescindible «Eraser», para llegar definitivamente al clímax con «The Final Chapter», que cerró por todo lo alto un concierto impecable, sobretodo a nivel técnico. Con una banda como esta, uno no se puede equivocar.

 

Tania Giménez

Sergio Fernández

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