CRÍTICA: SKRÄCKEN – Echoes from the Void

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Desde los bosques brumosos de Dalarna, la joven banda sueca SKRÄCKEN debuta con un álbum hipnótico y turbio que parece sacado de una pesadilla: Echoes From the Void es como caminar dormide en una catedral gótica, sin saber cómo ni por qué estás ahí. Suman nueve temas en 41 minutos, y todo él rezuma ese hard rock melancólico y nocturno que recuerda a los años 70 y 80, pero sin convertirse en mera copia o nostalgia mal enjabonada.

Después del intrigante EP The Presence, donde la vocalista Sofie‑Lee Johansson ya puso voz a ese antiguo terror onírico, Echoes From the Void consolida su universo: riffs densos, ritmos sobrios y atmosféricos, fluyen como un río oscuro. La banda, ahora quinteto, respira un aire de magia ancestral, “sulphur and brimstone” en cada nota, generando una sensación constante de ensoñación, de parálisis del sueño musical.

La producción, lejos de abusar de florituras, es sobria y consistente. El bajo de Filip Spetan Magnusson y la batería de Daniel Nordin marcan ese pulso hipnótico, mientras las guitarras gemelas de Sebastian Lindberg y Martin Nordin ofrecen capas instrumentales que acarician desde lo melancólico hasta lo evocador. Pero la auténtica estrella es la voz de Sofie‑Lee: rica, profunda, dramática, casi teatral. Cuando canta, proyecta imágenes dignas de una pintura de Beksinski —neblina, misterio y belleza oscura— sin perder nunca ese sentido del hard rock potente y cercano, con momentos protometálicos, especialmente con esas cabalgadas suaves.

Destacan temas como el épico cierre que pone Wasteland en sus más de ocho minutos, que arranca con una línea de guitarra suave de ecos misteriosos antes de estallar en una atmósfera eléctrica envolvente, poniendo broche final a un viaje que te deja como despertando en un estanque a medianoche, con el cuerpo entumecido y la piel erizada. O Witch, donde Sofie-Lee desliza su voz más dulce sobre notas de bajo espectrales. En cambio, Sweet Silence me ha hecho pensar en Night Viper (aunque la canción más metálica es la veloz House of Greed, entre bella y macara), donde la banda da su golpe más contundente, cobrando una fuerza que atrapa y mantiene su embeleso.

La portada, obra de Anders Muammar, retrata una figura solitaria entre nieblas eternas, reflejando visualmente ese sonido oscuro y cargado de simbolismo. Es el reflejo visual perfecto de lo que vas a escuchar.

Echoes From The Void es un disco que respira atmósfera, elegancia oscura y la crudeza justa para mantenerte enganchade en cada escucha. No es metal, no es doom, ni es pop: SKRÄCKEN ha creado su propio océano sonoro, uno que conjuga el hard rock con lo paranormal y la extrañeza. Si te gusta cerrar los ojos y dejar que la música te transporte, este debut es un pasaje directo a lo desconocido. Y seguro querrás volver.

Dying Victims Productions (2025)

Puntuación: 8/10

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