CRÍTICA: TUGURIO – Humunculus

Tugurio han logrado con Humunculus un trabajo que no solo machaca con su densidad y oscuridad, sino que también equilibra inteligentemente sus influencias. Desde el primer tema, Ceneri, la banda deja claro que este disco tiene varias capas: aquí se muestran en su faceta más death metal, con un arranque directo y afilado, pero sin perder esos sutiles toques atmosféricos en la guitarra que le dan un aire casi ritualístico. Incluso hay un deje crust en la agresividad del tema, que le aporta un extra de rabia y urgencia.
El equilibrio entre brutalidad y profundidad se mantiene a lo largo de todo el álbum, pero en cada canción exploran estos extremos de una manera distinta. Ansia, por ejemplo, lleva a Tugurio a su vertiente más puramente death doom, con un ritmo aplastante y pesado, pero sin renunciar a cierta complejidad en la estructura. Lo mejor de todo es que nunca pierden esa esencia directa y casi punk que tienen en su ADN, lo que hace que sus temas, aunque densos, nunca resulten farragosos o monótonos.
Uno de los puntos más destacables del disco es cómo consiguen contrastar o equilibrar estas dos vertientes en apariencia opuestas: la crudeza más inmediata del sludge, el death y el punk con la profundidad y riqueza instrumental del doom más progresivo. Especialmente interesante es el pasaje instrumental final de Ansia, donde se nota claramente la influencia de Enslaved. En este tramo la banda se toma su tiempo para construir una atmósfera envolvente, dejando que las guitarras respiren y creando una sensación casi hipnótica antes de volver a hundirte en su muro de sonido.
Las voces juegan un papel crucial en esa sensación de pesadez e intensidad. Son profundas y cavernosas, como si salieran desde el centro de la Tierra, pero a la vez pueden volverse estridentes y desgarradoras en los momentos más desesperados. Es una combinación que añade aún más dramatismo a la historia que narran, reforzando esa sensación de angustia y sufrimiento que define al Humunculus.
El sonido del disco es ultra denso, pero eso no significa que no haya espacio para la melodía. Es más, hay momentos en los que Tugurio sorprenden con partes casi pegadizas, como en L’Ultimo Uomo Sulla Terra, que tiene un riff con un aire stoner que se te queda grabado en la cabeza. Pero incluso en estos pasajes más accesibles, el muro de sonido sigue siendo impenetrable: la distorsión, el bajo monolítico y la batería demoledora crean una estructura tan sólida que es imposible no sentirse atrapade en ella.
En este sentido, Humunculus no es solo una colección de canciones pesadas, sino que está diseñado como una experiencia completa, donde cada tema contribuye a construir la narrativa de este ser artificial que sufre en un mundo que lo rechaza. La producción de Gerard Porqueres en Heartwork Studios ayuda a que todo esto suene con una mezcla perfecta de suciedad y claridad: es un disco pesado, sí, pero no embarullado, lo que permite que cada instrumento tenga su espacio y refuerza aún más la atmósfera opresiva del álbum.
El arte de la portada, a cargo de Stefania, encaja de manera impecable con la música y el concepto del disco. No es un simple complemento visual, sino otra capa más dentro de este universo en el que Tugurio nos invitan a sumergirnos. Humunculus no solo transmite su oscuridad a través del sonido, sino que la portada y la atmósfera general del álbum refuerzan el mensaje, creando un todo que se siente orgánico y cohesionado.
En definitiva, Humunculus es un trabajo en el que se percibe un crecimiento brutal de la banda. Siguen sonando sucixs, densxs y desgarradorxs, pero con un punto extra de sofisticación en las composiciones que les sienta de maravilla. Si te flipa el sludge/death/doom con tintes progresivos y atmósferas opresivas, este disco es imperdible.
Puntuación: 8,5/10