Un cartel de infarto auguraba una gran tarde noche de Sábado en el Can Mercader Festival, en el parque de Can Mercader de Cornellà.

Este festival que da apoyo a las bandas locales que tengan temas propios y donde en la edición del 2022 nos presentaron un cartel alucinante. 

El inicio se retrasaba un poquito, y donde decían que empezarían a las 19h, fueron las 19:30h.  

Nada importante ya que la gente aprovechaba para cogerse sus tickets, empezar a tomarse sus cervezas bien fresquitas e incluso darse una vuelta por la zona donde estaban todos los merchands de las bandas. 

Después de unas pruebas de sonido de última hora, y la presentación por parte de los organizadores del evento y de la primera banda que saldría a escena, empiezan los primeros acordes de lo que va a dar pie a una gran noche.

 

Aunque caía un sol de justicia, y parecía que iba a ser el día más caluroso del verano, la gente se fue acercando poco a poco a la zona de escenarios, para la ocasión, había uno a la izquierda del recinto de dimensiones considerables, y a la derecha otro de más grandes dimensiones donde acabarían actuando los cabezas de cartel. Gracias también, a que en este primer escenario daba un poco más de sombra aún así había gente que prefería quedarse manteniendo la distancia salvaguardados bajo los árboles que envolvían la plazoleta y que también quedaban más cerca de la zona de barras.

 

Los jovencísimos Plutón serían los primeros en abrir el festival. La banda sale al escenario y aún no deben alcanzar la mayoría de edad, se les ve nerviosos y entusiasmados a partes iguales y no era para menos. El recinto ya reunía unos centenares de personas y el foso estaba lleno de cámaras que les apuntaban. 

Empezaron la tarde con un recorrido de temas propios, “Punto Pelota”, “Noche de Daren” y “Paja Mental”. También defendieron a la perfección un par de temas de Los Suaves y Extremoduro, “Pobre Jugador” y “La vereda de la puerta de atrás”. A parte de hacer de su pequeño club de fans formado por las mamás de ellos, el público también disfrutó con este grupo de jóvenes promesas que dejaron claro su inclinación hacia el rock urbano y canallesco.  

Finalizaron sus 30 minutitos de concierto y en lo que se despedían de la banda y saludaban al público, en el segundo escenario, situado a la derecha de éste, ya daban paso a la siguiente banda que nos amenizaría la tarde.

 

El siguiente grupo fueron Martin Templum Domini, que durante otros treinta minutos más nos dejaron a todos con la boca abierta. Esta banda de rock instrumental, que para que os hagáis una idea, es como si juntarais todos los mejores temas instrumentales que crean las bandas de rock y los metierais en un solo grupo.

 

Grupazos de post-rock como Toundra o El Altar del Holocausto ya nos habían estado enseñando, que no hacia falta cantar para que un grupo o una canción fuera increíble, pero es que Martin Templum Domini llevan esto aún más allá. 

Su guitarra Carlos Martin, es un verdadero virtuoso que deja muy alto su nombre. Sus manos eran un no parar de acordes y riffs, desde el primer segundo del concierto estuvo disfrutando y haciendo disfrutar al público. Ríanse de Steve Vai, aquí tenemos gente muy grande y no nos habíamos dado cuenta! 

Aunque no tengo su setlist a mano, estoy segurísima de que sonaron temas como “Inferno” y “Paradise”o “Fallen Angels”, además de muchos otros de cosecha propia de su álbum que, con el mismo nombre que la banda, vio la luz en 2020.  

Acompañado del bajo en manos de Iván Martin y de la batería de Mario Vico este grupo de Hospitalet de Llobregat dejó el listón muy pero que muy alto en la tarde del Can Mercader Festival. 

Se hacían la foto final y saludaban cuando ya daban pie al siguiente concierto, de nuevo en el escenario de la izquierda, el primero que habíamos estado visitando.

 

Sobre las 20:40h de la tarde empezaban a sonar Aerial Blacked. La banda de Mataró compuesta por Héctor Gómez a la voz y guitarra, Enric Díaz a la guitarra, Alex Marques al bajo y Gustavo Pérez a la batería y con una formación algo más longeva, ya que este grupo sonaría por primera vez en 2010 con el nombre Aerial Blacked United, un proyecto con el que hacían colaboraciones con diferentes bandas y músicos hasta que en el 2015 gestaron lo que sería el grupo actual tras pasar por algunos cambios en la formación. Nos presentaban su último disco “Play It Loud” 

  

La banda disfrutó e hizo disfrutar al público de unos buenos 40 minutos de puras melodías desde el rock hasta el metal. Riffs de guitarras, solos, y cambios contundentes a sonidos más pesados y más metal. Supongo que esa es la magia que tiene esta banda, y es que su sonido es fresco, innovador y distinto. Algunas de las canciones con las que nos amenizaron la tarde fueron «The ether», «Joker and Ace» y «Howl of Logan».

En el escenario contiguo, las hijas de los integrantes del grupo con sus camisetas de la banda, hacían la presentación del grupo que venía ahora.  

Estos eran Embelish, una banda que ya empieza a sonarnos con su estilo GothRock que para nada deja indiferentes al público que estaba disfrutando del festival. De hecho, las primeras filas se arremolinaban los fans de la banda que cantaban sus canciones y alzaban sus manos al ritmo de la música. 

La banda de Terrassa que se fue gestando en el 2000 y llegó a consolidarse en el 2004, lleva 3 discos a su espalda, varios EP’s y singles, y los hemos visto varias veces telonear a grandes bandas por salas grandes y pequeñas del país. 

Aunque su estilo más tranquilo, el directo de esta banda es magnífico, David Gohe hace correctamente su papel de frontman, no para quieto, saltando por aquí y por allá cada vez que la música lo permite, los guitarras suenan limpias e impecables, y todo el conjunto perfecto se cierra con su batería a manos de Samuel Lozano y el bajo de Ernesto. Empezaron su concierto con “Nothing you can do” y sonaron otras como “It’s too late” y “A thousand lightyears from you” , además destacar “Let’s burn the night” que es una de las canciones que más me gusta de ellos.

 

Tanto la banda como el público pudieron disfrutar de otros aproximadamente 40 minutos de música a su cargo y para no perder el hándicap de la noche, acto seguido nuevamente en el primer y algo más pequeño escenario, presentaban a la banda de Cardona, Siroll! 

Siroll! Llevan el death metal un poco más allá, son puramente auténticos y cantan en catalán.  Si algún grupo fue el que desató la locura entre el público, sin duda estos fueron ellos. Los pogos iban y venían, y la zona se convirtió en un hervidero. Si ya hacía calor, sin duda ellos fueron los que desataron el infierno en la noche. Sus temas son contundentes y originales, y cuando en una formación denota el bajo grueso y a buen volumen, sabes que tienes un conciertazo asegurado.

 

Temas como “Odi a l’Amor”, “Més llenya al Foc” o “Hòsties” fueron parte de tu setlist de la noche.  

Esta banda cuenta con dos discos y un Ep a parte del nuevo single “Odi a l’amor”. 

Aunque ya había visto su nombre siendo participe en algun otro festival de verano, no fue hasta la fecha que los escuché, y sin duda han pasado a ser parte de mis playlists de spotify y de mis preferidos. A veces nos quedamos con bandas foráneas y no nos damos cuenta del potencial que tenemos a unos pocos kilometros de nosotros. 

 

Se terminaron también para ellos son 40 minutos y dejaron a un público con sonrisas de oreja a oreja y completamente satisfechos de la actuación que les ofreció la banda de la Cataluña profunda. 

Corto pero intenso fue el concierto que nos ofrecieron Born In Exile. Entre humo y luces oscuras y con los tonos alilados característicos de la banda como ya pudimos ver en la Sala Boveda en su último concierto el pasado Abril, subían al escenario los componentes de la banda al sonido de su intro “Heretic Antiphon”

 

Los primeros acordes de “Enchantress” entraban seguidamente y cambió por completo la atmosfera del recinto. 

Born in Exile son una banda de metal progresivo, pero al frente está Kris Vega, un auténtico torbellino de energía y chorro de voz. El público enloquece con esta banda que cada vez se está haciendo más conocida y popular. Sus melodías son pegadizas y ella es un espectáculo sobre el escenario.  

Ensimismados todos con ellos, casi hipnotizados y disfrutando al máximo y sin saber el motivo, la banda nos dice que se tiene que despedir, cuando apenas no habían pasado ni 30 minutos de su actuación. Tuvimos la suerte de poder escuchar los temas “Herds of Deception” o “Ziggurat” 

Lamentablemente abandonan el escenario y no sé si es sensación mía, pero nos quedamos todos un poco con mal sabor de boca, ya que, siendo las últimas bandas de la noche, se les debería haber dado más tiempo e importancia según se va acercando el cabeza de cartel. Pero, ¡no pasa nada! Seguro que en breves tenemos la oportunidad de volverles a ver ofreciendo un concierto de larga duración como se merecen. 

Dekta, a escasos 10 minutos de la media noche, se subían al escenario escondiendo sus rostros con sus características máscaras de látex. 

Entre el público también se podían ver a los fans con unas caretas simulando a las de la banda.

 

Dekta tienen una propuesta musical algo diferente a lo que estamos acostumbrados. Su imagen nos hace pensar que vamos a ver una banda puramente death metal, por ejemplo, pero sin embargo, su música varía entre el metal actual, algo de metal de los 90, unas voces limpias, unas guitarras llenas de riffs, y una base groove como ellos se definen.  

Esta banda de Barcelona se creó en 2015 y cuenta con 2 álbumes y 4 sencillos. Aún son una banda joven y poco conocida, se les ha visto no hace mucho teloneando otras bandas como Eternal Psycho en la Sala Wolf con poco público, pero esta vez, con la cantidad de gente asistente al festival, que poco a poco se arremolinó bien cerca del escenario y disfrutó de ellos como si no llevasen ya 5h aguantando el sol y el calor, seguro que generó que más de un nuevo fan.

 

Además, parecía que iban bien de tiempo, o que la banda final aún no estaba preparada y les animaron a que pudieran tocar un tema más en finalizar el concierto, cosa que hicieron de gran agrado y el público siguió encantado. 

Después de tanto tiempo sin poder disfrutar de la libertad de los conciertos y los festivales, la verdad es que ahora queremos más y ¡más! 

Hacia las 00.40h parecía que el tiempo se paraba. Por fin, después de más de tres años, la banda Ankor conseguían volver a ser cabezas de cartel y estaban sumamente entusiasmados por tal ocasión. 

Llevaban una pequeña escenografía lumínica, unas barras verticales leds envolvían el escenario y una gran lona decoraba la parte trasera.

 

La primera en salir a cubrir su posición fue Ra Tache, que se colocó muy emocionada en su batería, luego Fito Martínez y David Romeu, a las guitarras y al bajo Julio López. 

Como un estallido Jessi Williams ocupo el centro del escenario, y empezó a agitar la melena al ritmo de la música. 

“Holy Wolf” fue el primer tema que interpretó con mucha fuerza la banda. La energía sin duda la lleva toda Fito, que es puro espectáculo sobre las tablas. La mezcla musical y la apuesta que hace este grupo, acompañado por la tesitura de voz de Jessi me encantan.  

Esta banda de Tarragona se formó en 2013 y mezclan una voz limpia con guturales y estilos musicales como el metal melódico, el metalcore o el punk rock, casi me atrevería a decir que incluyen sonidos electrónicos que le dan un toque original.  

Para su canción “Fences” tuvieron un magnífico invitado para cantar a duo, Israel Ramos, que lo podemos conocer por ser el cantante de Amadëus y al que siempre nos gusta ver sobre el escenario y ver su evolución y crecimiento como esencia del heavy metal nacional.

 

“Lost Soul” volvió al público loco y “Hill Valey” le dio ese toque de originalidad que caracteriza al grupo, y que hizo cantar a todo el público con el coro de su puente. 

Durante la actuación, la energía de Jessi le hizo jugar una mala pasada cuando parece que se le cae o desconecta la petaca y se retira al lateral del escenario a quitarse los auriculares, pero el show continua y su profesionalidad la lleva a seguir su concierto como si nada hubiera pasado.

Entre columnas de humo y vítores de la gente se despiden dando por terminado su concierto de más de una hora de duración.

Eran ya más de las 2 de la madrugada cuando algunos empezaban a salir de la zona del recinto y después del chorro de conciertos otros muchos aún aguantaban a que acabara el concierto. 

Después de más de 7 horas de música sin parar, enfundábamos la cámara en la mochila y nos íbamos a tomar tranquilamente algo a la barra tras todo el ajetreo de la jornada. Can Mercader nos ofreció una extensa variedad de grupos y estilos musicales reunidos y casados a la perfección, para todos los gustos, y demostró la calidad de grupos que tenemos tan cerquita y que a veces sin querer los hacemos pasar desapercibidos.  

La organización del evento fue impecable. No habían grandes colas para sacar los tickets de comida y bebida, las barras siempre estaban funcionando y no tenías que esperar para pedir, la cerveza bien fría, cosa que se agradecía en una tarde-noche tan calurosa, y los bocadillos estaban buenísimos. Los precios eran más que asequibles y todo en general fue de diez.

Admiramos desde aquí la apuesta de que en cada edición de este festival se pueda dar a conocer a muchos artistas que se quedan en la sombra de grandes bandas internacionales, ya que quedó claro ante miles de personas y un parque a rebosar de gente que no nos hace falta grandes y caros festivales para disfrutar del heavy, del rock, del metal, o de las fusiones más innovadoras con las que nos puedan sorprender las bandas. 

¡Nos vemos el próximo año seguro!

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