Estamos ante el último trabajo de esta hermosura canadiense leyenda del Metal femenino de los 80 y que, de nuevo, nos trae un disco lleno de dulzura Hard y melodías. Y en el cual tenemos temas como “Vampin’”, con unos riffs de sonido de modernete pero con esa melodía del Hard Rock melódico acompañado de la suave y dulce voz de la señora Aaron, con mucho mimo y dulzura, controlando bien el ritmo, no dejando a veces de ser rasgada y chulesca, y con unos buenos y hard rockeros solos.

Lo mismo ocurre en “Mama Don’t Remember” o “Great Big Love”, con los mismos sonidos de guitarra más agresivos pero no molestos, aunque dándole un punto más vacilón y más bluesy en los pasajes y solos. Le siguen “Soul Breaker” y “Had me at Hello” con unos ritmos más lentos pero dejando clara la instrumentación melódica suave, rozando el AOR a la americana, al estilo de bandas como HEART o BENATAR, en un corte muy radiofónico con buenas estrofas y estribillos, además de unos solos y pasajes más íntimos y envolventes. En cambio, en “Cmon” o “Russian Doll” tenemos ese ritmo melódico con una frescura ochentera. Esas canciones facilonas pero efectivas, bailables y coreables donde Lee va envolviendo la pista al estilo BENATAR o PRETENDERS con una voz limpia y suave, con unos solos melódicos rockeros “made in USA”. Otros temas como “Radio on” o “Soho Crawl” nos llevan a un sonido tirando entre AC/DC o BRYAN ADAMS. Cortes puros con mucho Rock ‘n’ Roll y donde Lee juega con su voz en estrofas cargadas de tonos más desgarrados y estribillos más melódicos y suaves, en esta ocasión acompañados por coros y donde las teclas también hacen acto de presencia. Con “Devil’s Gold” tenemos una canción de casi siete minutos. Algo inusual en un disco donde las canciones son cortas y directas, y donde aquí nos muestra una envoltura Blues en un tema a fuego lento, con un bajo pausado y sosegado que le brinda un aire muy intimista, donde la voz de Lee se relaja y te relaja con una interpretación magnífica y pulcra hasta llegar a unos solos brutales. De esos que te hacen levitar. En cambio, “Wasted” tiene la belleza de un comienzo acústico mezclado con la dulce voz de Lee que desemboca en unos riffs duros y hard rockeros, donde las líneas vocales de Lee se desgarran e incluso suben el tono a gritos limpios como no había hecho aún en toda la obra. Sin duda, una de las pistas con más sentimiento vocal. Y acabamos con “Twenty One”. Un lujo de canción donde predomina el piano en líneas generales, solo acompañado de algunos punteos ocasionales que te van deslizando por la canción y donde la voz de Lee llega a su punto de dulzura y belleza absoluta.

En definitiva, un disco para escucharlo y relajarte rockeramente.

Metalville (2021)

Puntuación: 7/10

Paco Gómez

paco@queensofsteel.com

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