Como ya os tengo acostumbrados, os hablaré hoy de una banda canadiense, en este caso desde Ottawa, en Ontario. Aphrodite es una agrupación formada en 2018 por la vocalista chilena Tanza Speed (miembro también de Demona y Outline), el guitarrista, bajista y baterista Jo Steel y el también guitarrista Yan Turbo. Si consideramos el nombre de esta formación, clara referencia a la diosa griega de la belleza y el amor, ya podemos hacernos una idea de su propuesta musical: speed metal directo a la yugular, con letras basadas en la mitología griega, cortesía de la letrista Heidi Stockdale. Lo más parecido en la actualidad quizás serían los majestuosos Chevalier fineses, si bien su sonido se acerca mucho más al de bandas como Acid o Znöwhite, con esa clara influencia punkarra.

Después de debutar en 2019 con el elepé Lust and War, no han tardado en regresar con su segunda entrega, este mucho más logrado Orgasmic Glory, el pasado 30 de marzo. La entrada del guitarrista líder Brennan Witworth en sustitución de Turbo, inicialmente como músico de sesión y desde finales de enero ya como miembro oficial, ha sido clave para la sustancial mejora de calidad. La portada del disco, que parece representar el mito cretense de Teseo y el laberinto del Minotauro, ha sido realizada por la propia Tanza. Si bien la grabación fue lanzada inicialmente de manera independiente, no han tardado en contar con la colaboración del sello Fighter Records.

De izquierda a derecha: Jo Steel, Tanza Speed y Brennan Witworth.

Empieza el disco con el sonido de un incendio en Troy is Burning, que nos habla como no del famoso mito helenístico de la guerra de Troya, que terminó con la ciudad siendo arrasada gracias a la incursión del ejército aqueo dentro del gigante caballo de madera. Nos sacuden con un atronador grito de Tanza, respaldada por el bajo de Jo y la guitarra. Quien también ha mejorado sus prestaciones de manera clara es Tanza, con un mayor control de su voz. El solo a las seis cuerdas de Brennan es sencillamente apabullante.

Mucho más punky suena Dance Wild and Free, coqueteando con el thrash metal. Tiene mérito que, incluso con un tema de estructura sencilla, logran sacarle partido. La producción es la adecuada para este tipo de género musical. Una malévola risa nos introduce Chariot of the Sun. Merece la pena destacar ese gritazo de Tanza justo después del pegadizo chorus, como antesala del desatado solo de guitarra. Más adelante en el tema, nos vuelven a ofrecer esa misma combinación.

Meadows of Asphodel presenta en cambio una influencia del heavy clásico, con un ritmo más pausado. Nos habla de los prados Asfódelos, donde se decía que se decía que se dirigían las almas de las personas corrientes una vez fallecidas, en la mitología griega. Por otra parte, los héroes eran recibidos en los Campos Elíseos, mientras que las almas de los condenados eran enviadas al Tártaro, para sufrir castigos severos para toda la eternidad. Continuamos con Blood of Aphrodite, otra composición directa que suena como un puñetazo en la cara. Se decía que Afrodita, tras ver fallecido a su amante Adonis, empezó a derramar llorar encima de su cuerpo. La mezcla de sus lágrimas y la sangre de su amado, hizo que crecieran anémonas en su recuerdo.

La percusión nos presenta Europa, canción que nos narra el conocido rapto de la princesa fenicia Europa, por parte del todopoderoso dios Zeus, en forma de toro blanco. Definitivamente, la mitología helénica está plagada de casos de zoofilia, casi siempre protagonizados por el Julio Iglesias de la antigüedad. Hacia la mitad de la pista, deciden realizar un breve cambio de ritmo, poco antes del solo de guitarra. Deciden recuperar las influencias heavy con Herakles, War Cry. Es un claro homenaje al legendario Hércules, hijo de Zeus (como no) y de la mortal Alcmena, quien tuvo que hacer frente a los duros doce trabajos, como redención tras su locura provocada por la envidiosa Hera. En cuanto a la batería de Steel, durante toda la grabación suena correcta, si bien deberán encontrar alguien que pueda encargarse de la percusión para próximos directos.

Deciden poner punto final a esta descarga de speed punkarra con la brutal Children of Night, de lo mejorcito del disco. Especialmente interesante resulta su amenazador inicio lento, que no tarda en desatar la furia instrumental, así como el adictivo apartado coral.

En resumen, se trata de un elepé que, en su ajustada media hora de duración, en ningún momento parece decaer. Está claro que, dentro de un género tan sobreexplotado como es el speed metal, Aphrodite no inventan nada nuevo. Sin embargo, esa actitud a camino entre el punk y el speed es encomiable, así como su lírica mitológica les otorga un punto extra de interés para el oyente. Sin embargo, siendo que es una banda que todavía tiene potencial que descubrir.

Fighter Records (2021)

Puntuación: 7/10

Pere Guiteras

pere@queensofsteel.com

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