Cuatro años después y con algún EP de por medio, nos llega lo último de SODOM. Un disco que hará las delicias de los auténticos fanáticos del Thrash con doce temas apoteósicos que empiezan con “Blind Superstition”. Se trata de una intro metalizada. Sin complicaciones. Y muy old school. Y nos adentra en el tema llamado “Sodom-Gomorrha”. Y aquí es dónde empieza una declaración de intenci9ones con un sonido cabalgante, thrashico, con esus bucles y punteos característicos. Más esa voz cruda del Thrash, pero también con ese deje putrefacto y podrido que tiene Tom. Como mandan los canónes del Thrash old school: sin contemplaciones y directo a la yugular.

Le sigue “Euthanasia”. Aun más rápida y más violenta. Una sacudida thrasher sin espacios ni puntos inflexivos, solo algunas pausas para entrar con unas secuencias de riffs y solos, literalmente, asesinos en el más puro estilo germano, como también podrían hacerlo KREATOR o DESTRUCTION. Con mucho juego y mucha calidad instrumental. La siguiente es la que da título al disco, “Genesis XIX”. No baja el pistón, ni mucho menos. Y, aunque empiecen con unos riffs muy sabbathicos, muy Doom, se convierte en un corte clásico a más no poder. Ese ambiente oscuro rodeado de Speed/Thrash con tonalidades melódicas que te recordarán a los inicios de la formación, con un Tom jugando con sus voces dándole a cada estrofa lo suyo con una violencia sonora brutal. La pista también tiene una paradita con un ritmo más acústico y alejado del tema, pero que contrasta y le da un toque más místico y elaborado, que va seguido de una secuencia digna del Thrash alemán. Riffs épicos y marciales para volver de nuevo a la batalla sónica asesina. Después “Nicht Merh Mein Land”, que quiere decir algo como “ya no es mi país”. Y, bueno, ya el título nos muestra algo reivindicativo y protesta. Y la canción ni te cuento. Aquí cabe todo: ritmo inicial Hardcore a alo DRI, con un aire más lento cercano al Doom, voz más enérgica, protestona, bastante lineal y machacona, pero con unos pasajes y unos juegos de guitarra más Black en algunos momentos. Y un final muy Punk donde dan ganas de destrozarlo todo. Con “Glock ‘n’ Roll” vuelven a la carga; un riff detrás de otro con una crudeza brutal acompañada de punteos básicos de género. Y de golpe… ¡PUM! A toda castaña. Velocidad absoluta. Y, de nuevo, esa forma de cantar como si todo te diera asco. Tiene unos buenos cambios de ritmo que pasan del medio tiempo al Speed Metal de siempre, con ese aura oscura y satánica. Como en los primeros trabajos. Además de unos solos muy clásicos y elaborados. Con “The Harpooner” estamos ante un tema de casi ocho minutos con un inicio oscuro, tirando al Doom Metal, a ritmo de paso de Semana Santa. Pero, como es habitual, la cosa acaba para empezar a sonar como el Thrash manda, con un sonido más bailable incluso, con ese toque EXODUS o ANTHRAX que incita al mosh o a un wall of death, con sus paradas que apenas dan tregua para luego volver a empezar a machacar con ritmos veloces y asesinos. Un tema estándar dentro del género. Muy en la onda alemana de KREATOR. Y vocalmente muy Tom, pero esta vez a lo Araya de SLAYER. Lo mismo ocurre en “Dehumanized”. Tiene la misma estructura que el anterior, pero más condensada. Sin tanto espacio y más directa. Con unas cabalgadas brutales y un juego de solos y punteos que aparecen y desaparecen dándote hostias en la cara sin saber por dónde van a salir. La cosa se calma en “Occult Perpetrator”. Un medio tiempo más cercano al Heavy que al Thrash, pero con una fuerza arrolladora. Esa canción que te incita todo el rato a mover la cabeza de arriba abajo. Con subidas de tono pero sin pasarse de velocidad. La voz es más amenazante. Menos sucia. Pero con el tono “killer” quele da Tom. Un buen tema. Con influencias que pueden ir desde JUDAS PRIEST a SLAYER. Con un juego de coros final envuelto y punteos y solos. También en “algo-Pigpen” parece que la cosa se desacelera con una especie de intro ambiental rara, pero que se le presta atención porque algo tiene que pasar. Y así, un inicio Doom con las guitarras y voz muy rasgadas nos introduce en una secuencia amenazadora paso a paso. Ritmo a ritmo. Hasta acelerarse y comenzar otra guerra donde Tom toma el mando y el resto le sigue a una velocidad thrashica arrolladora. Sin piedad. Y ya llegando al final tenemos dos temas. El primero es “Indoctrination”, una pista corta, con ese toque Punk y fiestero a lo TANKARD pro con ese ambiente oscuro. Aquí los coros también apoyan mucho, dándole de nuevo ese tono Punk/Hardcore sin espacios y directo. Y acabamos con “Friendly Fire”, que es otra avalancha de sonidos violentos. Caóticos. Salvajes. Aquí es donde los SODOM hacen gala de esa manera de tocar donde parece que están invadiendo un territorio en tiempos de guerra sin dar tregua hasta el final del álbum, donde el silencio del mismo final te deja boquiabierto después de doce temas sin piedad.

En definitiva, un discazo. Con todo lo que nos gusta de la mejor época de la banda. Con una producción que se agradece que no sea tan mecanizada como tienen ahora muchos grupos de Thrash como, por ejemplo, DESTRUCTION, y los hace más fríos. Esto es caliente al máximo.

Steamhammer / SPV (2020)

Puntuación: 8/10

Paco Gómez

paco@queensofsteel.com

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