Quinto disco ya de esta banda de culto suiza, y primero desde 1994, cuando sacaron su última obra. En este álbum vuelven a un sonido más old school. Un cóctel de Death, Thrash, Blac y elementos extremos para dar forma a una placa de enorme carga ambiental que empieza con “Sacrosanctus Primitivus”, que no dura más de tres minutos y está compuesta casi como una intro. Un pasaje acústico con notas sueltas y un coro de ambiente catedralicio, y donde aparecen también voces narradas en un profundo tramo instrumental y golpes de batería que nos llevan al inicio de “Fracmont”.

“Fracmont” de entrada son casi diez minutos de tema con una base inicial de riffs potentes con cierta épica a alo BATHORY, acompañado de una vocalización cruda, Death, marcando el mismo tempo que los riffs y dándole ambiente. En los cambios de ritmo más Doom hay tiempo también para la aceleración y solos, al igual que pasajes, más místicos y con efectos y un aire más Doom. Le sigue “Morte al Dente” con una secuencia de riffs duros y espaciados con otros más rasgados, al estilo METALLICA, en un medio tiempo siempre con esas partes aceleradas y esa voz gutural. Un corte con solos más elaborados y momentos tan caóticos de ritmos sueltos como relajantes. “Urbi et Orbi” tiene unos riffs más Doom, más largos, con una voz que lo arrastra y acompaña, al estilo OBITUARY. Como una losa. Y, de pronto, pausa y velocidad extrema en el más puesto estilo SLAYER antes de entrar en un ataque Death metalizado, con esos punteos en bucle cercanos al Black y unos solos con influencia arábiga que le dan ambiente. En cambio, “Singularity” es una canción corta y contundente en clave POSSESSED: rápida, bulliciosa, amenazante y asesina a todos los niveles, con unos efectos especiales que le dan esa atmósfera macabra y oscura. Ya con “Children of Faith” la cosa empieza como esas intros Power US a lo SAVATAGE o VICIOUS RUMORS que, tras una pausa y un arranque de riffs acompañados por unos punteos muy heavies y con el tono gutural menos marcado pero con fuerza, nos lleva a un mundo Death metálico, siempre con algunos pasajes lentos pero ambientados al tema y género. En cambio, “Die Wille Geschehe” tiene un punto Thrash a lo KREATOR en los riffs iniciales y esos punteos, cambios y notas tan clásicos del género, a lo TESTAMENT o EXODUS, aunque siempre con ese ambiente Death por la voz y por los cambios más Doom, manteniendo pasajes crudos con otros más lentos y un final caótico. Al igual que “Miracle Far Beyond Disaster”. También con un punto más al Thrash clásico, pero que va entrando en una espiral de ritmos desde el Death al Black, siempre con pausa/ataque y manteniendo la esencia oscura. Y “My Flesh – your Soul”, pues e viene al lado Black con esos riffs en bucle tan típicos del género, con unos cambios de ritmo de batería de lata y guturalidad, al estilo de los primeros SEPULTURA, y que hacen la unión perfecta de estilos en casa fase del tema, y otros cambios con sonidos ambientales y más relajación, pero siempre con ese ansia de esperar la pausa y el ataque. Y acabamos con “Throne of Diabolic Heretic”, que empieza con el “Ave Maria” y acaba como el rosario de la aurora. Puro Death/Thrash old school con unos cambios alucinantes, una voz alta y cruda. De nuevo esos ritmos a lo POSSESSED te vuelan la cabeza. Y los solos aquí son speedicos, elabroados, con algo de caos a lo VOIVOD y CELTIC FROST, pero siempre de vuelta al riff inicial, que va in crescendo, subiendo el ritmo y la fuerza, para llegar a una conclusión de pasajes macabros, voces, lamentos y terror, todo bien ambientado.

En fin, una gran vuelta, con un trabajo donde no mengua un ápice aquella fuerza de los primeros años pese a ser todos, menos uno, miembros de la etapa de los 90, donde no cuajaron sus discos. Aquí hacen lo correcto.

High Roller Records (2020)

Puntuación: 8/10

Paco Gómez

paco@queensofsteel.com

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