Hoy se cumplen dos años desde que salió “Ars Umbra”, el libro de la fotógrafa catalana Ester Segarra que recoge quince años de un trabajo casi devocional hacia su Arte y hacia la música. Hace muchos años que Ester encontró su casa en el Black Metal, y desde entonces ha seguido el Camino con determinación y fuerza. Para celebrar este aniversario (o no, simplemente para hablar con ella, sin necesidad de buscar excusas), entrevistamos a Ester. Una charla en la que transmite con una fuerte energía la pasión o veneración hacia lo que hace y la manera de vivir su trabajo con decisión y valentía. Hablamos de energías y símbolos. De Fuego, de Muerte. Hablamos, en definitiva, de su Arte de la Sombra.

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– Hola Ester, antes de nada muchas gracias por responder a nuestras preguntas. No pediré una presentación en profundidad sobre ti misma pero, para empezar, creciste en Barcelona durante La Transición. Tiempos convulsos. ¿Cómo perfila ésto tu personalidad y, quizás, enciende tu interés por el arte? ¿Qué te llevó a mudarte a Londres y cómo fueron esos primeros años allí, cuando estabas intentando hacerte un hueco en el mundo de la fotografía?

Crecer en España durante los 80 y tener intereses artísticos no era una buena mezcla. La mentalidad de la época era ser práctico, pensar en la estabilidad y en la seguridad. También era la época de la Guerra Fría y de la amenaza de la guerra nuclear, por lo que había un clima de miedo e incertidumbre. Además era la época de METALLICA, ANTHRAX, SLAYER… Y del Thrash Metal. Ahora que lo pienso… Se podría decir que eran unos tiempos interesantes. Desde que era una niña me han fascinado los cuadros, las películas, la música, y todo tipo de arte y, a pesar de las circunstancias, he seguido en ese camino. El arte es el Portal a un lugar más allá de la realidad en el que lo imposible es posible. Supongo que crecer en esa época me dio unas bases prácticas que me han ayudado a hacer mi trabajo. Primero, me fui a Londres para dejar atrás una situación muy tóxica en Barcelona. Se suponía que iba a ser durante un breve periodo de tiempo, y usé la oportunidad para trabajar para pagar mis estudios de fotografía y aprender inglés. Pero cuando estaba cerca de cumplir mi objetivo, me robaron todo el dinero, así que eso me dejó con la difícil decisión de si debía quedarme o volver con las manos vacías. Me quedé y me matriculé para seguir estudiando fotografía. Trabajaba seis días a la semana y dos iba a clase, lo que significaba que los sábados hacía turno doble: a clase por la mañana y a trabajar por la tarde. Fue duro. Vivía con muy poco dinero y ocupaba cualquier momento que tuviera para hacer fotografía. Empecé a hacer fotos de amigos de bandas y aceptaba cualquier trabajo que me llegara. Buscaba oportunidades constantemente y me encontré con mucho rechazo. Mi lema era no rendirse nunca. Si se tiene que cerrar la puerta, no seré yo quien la cierre, no incluso antes de haber empezado.

-En tu web podemos leer cuando nació tu interés por la fotografía pero, ¿cuándo descubriste que la fotografía y la música podían ir de la mano?

Como amante de la música, era muy consciente del papel que tiene la fotografía en la música, pero nunca pensé que sería algo que pudiera hacer o que estuviera a mi alcance. No fue hasta que estuve en Londres cuando empecé a contemplar en serio la fotografía como carrera y cuando empecé a hacer fotos de amigos que tocaban en bandas cuando ambas cosas se unieron. Me tomaba la fotografía en serio. Veneraba la música. Así que capturar músicos tenía un propósito. Y me encantaba.

-Desafortunadamente, la mujer en el arte tiene que luchar con el primero ser vista como mujer y luego como artista. ¿Crees que al ser mujer tienes que trabajar más duro que un hombre para ser vista por lo que haces y para ganar respeto?

Creo que éso pasa en todas partes. No es solo en el arte donde eres vista primero como mujer, sino en todo lo que haces. Siempre me he negado a considerarme en desventaja por ser mujer. Creo que es excepcional lo que eres capaz de hacer como mujer. Si alguien tiene un problema conmigo por ser mujer; es su problema, no el mío. Y creo que el respeto básico a otro ser debería ser un derecho,  lo que se debe ganar es la admiración. Es triste que el respeto, hacia uno mismo y hacia otros, sea un valor escaso.

-Hablando de ello, ¿qué artistas mujeres (en cualquier disciplina) te han inspirado? No solo su obra, sino algo de ellas; su actitud, su presencia, su forma de enfrentarse al mundo…

Mi primer recuerdo acerca de aprender sobre los conflictos que las mujeres han vivido a lo largo de la historia para ser reconocidas, fue cuando me presentaron el trabajo de Víctor Català (su nombre real era Catarina Albert). Una reconocida autora catalana que en realidad era una mujer. ¡Se puso un nombre de hombre para que la escucharan! Hemos recorrido un largo camino desde entonces… Pero aún así,  ¿se escucha individualmente la voz de la mujer tanto como la del hombre como norma o son contadas excepciones?  Virginia Woolf mantuvo su nombre y fue una pionera en el uso del flujo de la conciencia en la narrativa. Siempre me han inspirado las mujeres que no temen hacer ruido, llevar el timón y hacer una peineta, como Madonna, Lady Gaga, Doro o Wendy O Williams. O aquellas que se alzan igual de fuertes pero con una energía distinta, como PJ Harvey y Lisa Gerrard. Como fotógrafa, mi referencia es Annie Leibovitz. Una mujer triunfando en un mundo de hombres. Y la diosa Kali como inagotable fuente de sabiduría.

-Has trabajado con artistas que se toman su arte muy en serio y no dejan nada al azar. ¿Es un reto? ¿O consideras un mayor reto tener más libertad para intentar capturar su música? ¿Cómo lo haces?

Cuando trabajas con artistas estás combinando tu propia energía creativa con la suya. Si ambas energías están en sintonía, se encienden la una a la otra. Si no están en sintonía, una achicará a la otra. El resto es saber si estás en sintonía y qué hacer cuando no lo estás. En cuanto más definidas son las energías, más claro se ve.

-Cráneos, serpientes, pentagramas… Los símbolos están a menudo presentes en tu trabajo. ¿En tu obra son herramientas de poder o un recurso artístico? ¿Para ti es necesario que la persona que hace uso de esos símbolos sea consciente y coherente?

Me encanta el simbolismo, pero cuando los símbolos carecen de significado, se convierten en clichés, lo cual detesto. Por lo tanto, al usar esos elementos, para mí es importante que se utilicen con plena conciencia y con conocimiento del significado. Los símbolos invocan energías, y eso se debería hacer con cuidado. También es una actitud de respeto. Los símbolos potentes son aquellos que no solo operan a un nivel energético, sino también a un nivel estético, visceral. Y para mí es el campo del verdadero Arte.

-El fuego es otro símbolo que juega un papel importante en tu fotografía, aunque la muerte es casi omnipresente. ¿Qué es el Fuego y qué es la Muerte?

El Fuego es Creación y Destrucción. La Muerte es Transformación, el alba del renacimiento. Ambos son enemigos del estancamiento.

-Ésto me trae a la mente una entrevista que leí hace algunos años con Genesis P-Orridge en la que decía “…Y que el artista es el heredero de una tradición de gente sabia – chamán, y sacerdotes, el lado ritual del animal social, ahí para expiar problemas psíquicos y filosóficos. Se supone que el arte debe ser eso, es rescatar a gente del miedo a la muerte y del miedo a la vida, y ésa es una línea muy fina”, lo cual creo se identifica con la manera en la que enfocas tu trabajo. ¿Qué opinas? ¿Cuánto de sabiduría instintiva, primitiva, hay en el arte? ¿Cuánto tiene de proceso ritual?

Estoy totalmente de acuerdo con la visión del arte de Genesis P-Orridge. Es al viajar al inconsciente cuando encontramos el camino a la sabiduría, y es dentro de un enfoque ritualista cuando lo haces inconscientemente. El arte te permite expresar éso.

-Aunque has fotografiado a artistas de diferentes estilos, y no solo músicos, el Black Metal es el núcleo de lo que haces. ¿Es el BM tu “hogar”? ¿Cómo lo encontraste?

Fue en mi segundo encargo para Terrorizer, disparando en un concierto en el Underworld, en Londres, cuando me encontré por primera vez con el Black Metal. Tocaban ANCIENT CEREMONY, BEHEMOTH y un montón de grupos más. Entré y la experiencia, tan oscura, tan malvada, tan inhumana, tan mortífera… Nunca antes había sentido algo como aquello. Pensé… “He encontrado mi hogar”.

-Ahora hablemos sobre tu libro, “Ars Umbra”. El Arte de las Sombras. ¿Es ésto lo que haces? Parece una alegoría.

“Umbra” hace referencia a la oscuridad de la música que hay en el libro, y el concepto de la sombra en términos tanto humanos como fotográficos. Emito sombras utilizando luz en el sujeto, así como la escena en la que hago las fotos. Lo que permanece en las sombras y lo que sale a la luz en el epicentro de lo que hago es determinante. Es el Arte de la Sombra.

-He leído que tu libro se gestó en Suecia y que nació tras una experiencia jodida con la ayahuasca. Por lo que, antes de todo, ¿por qué Suecia? Y, ¿de cuánta introspección ha ido precedido este libro? ¿Representa el final y el principio de algo?

Ya he visitado Suecia muchas veces, por trabajo y por vida social, y éso me ha hecho sentir curiosidad por pasar algo más de tiempo allí. Encontré una vieja entrevista, de tres años antes, verbalizando mi deseo de vivir en Suecia y de hacer un libro. En aquel entonces jamás pensé que algún día se cumplirían ambas cosas. Cuando centré mi atención en empezar el libro, unx buenx amigx me ofreció la oportunidad de pasar algo de tiempo en Gotemburgo, así que me fui allí seis meses, y éso me dio el espacio que necesitaba para empezar el proceso del libro. Fue un proceso largo; significaba revisitar quince años de fotografías, y me gusta indagar muy profundamente, así que requirió mucho tiempo de mirar hacia adentro y buscar respuestas. Fue una manera de celebrar una época que sentía estaba llegando a un final. De presentar las imágenes que cuentan la historia de esa era de la forma que yo creía merecía. Unas memorias fotográficas. Todo final precede un principio.

-La única parte del libro con algunas fotos en directo es “In Memoriam”, me atrevería a decir que es una parte del libro con mucha carga emocional. ¿Hay ahí alguna foto que tenga para ti un significado especial? Y, ¿qué bandas, personalidades, individuos, capturados en “Ars Umbra” han tenido un mayor impacto en ti? En cualquier sentido.

Fue una sección muy difícil de montar, me sumergí en imágenes que tengo de aquellos que ya no están con nosotros hasta un punto que ya no era sano, y solo entonces pude empezar el proceso de seleccionar las imágenes. Todos los músicos, letras e imágenes tienen un significado muy especial, me han impactado de una manera u otra. Pero diría que, por mi amistad, las imágenes de Selim Lemouchi son las que más me tocan. Especialmente, una sacada en un atardece en Uppsala, en la última tarde en que lo vi vivo. Su hermana, Farida Lemouchi, es la mujer más inspiradora que he tenido el placer de conocer, y con una voz maravillosa. ¡Cuando sea mayor quiero ser como ella!

-El libro viene con una banda sonora compuesta por Uno Bruniusson. ¿Debe alterar la experiencia o complementarla? ¿Son unidades indivisibles?

Las puedes vivir por separado. Me encanta meditar con la banda sonora. Pero el objetivo de incluir una banda sonora en realidad era añadir música la experiencia de recorrer el libro, así podría alterar la experiencia, de la misma forma en que lo hace la música cuando la escuchas.

-Es una banda sonora de percusión. ¿Tiene algún significado? Los instrumentos de percusión son los más ancestrales, y son herramientas poderosas para propósitos espirituales/rituales.

Sí, es correcto. Elegí una banda sonora de percusión precisamente por sus raíces ancestrales, primitivas. Estuvo inspirada por un ritual Macumba al que fui en Brasil, donde las percusiones se utilizaban exclusivamente para propósitos rituales con gran poder. Más allá de lo que había presenciado hasta entonces o desde entonces. Quería que la banda sonora te llevara de vuelta al nacimiento de la música. El final convirtiéndose en el principio. Un Ouroboros.

-¿Es tu fotografía un arte o un lenguaje? Personalmente creo que has interiorizado los símbolos para desarrollar tu propio lenguaje/sistema a través del arte, ya que pareces primero crear para luego capturar.

Es una opinión interesante. Efectivamente, he desarrollado un lenguaje y mi propia manera de contar historias a través del arte. Crear primero cosas me permite darle una energía que se desplegará a medida que se desarrolle la sesión. Intentar capturarlo por completo es tan desafiante como Mágico. Especialmente si los grupos tienen un fuerte Fuego Interno. Puedes hacer que las Llamas sean más y más grandes. Se convierte en una danza entre Llamas, Luz y Sombra. La Música y el Músico. Inmortalidad y Muerte.

-Y, antes de terminar esta entrevista, ¿en qué punto de tu carrera estás y cuál es el siguiente paso? ¿A dónde te está llevando todo ésto?

Ahora mismo mi trabajo está profundamente afectado por el COVID-19, como cualquiera que esté en el mundo de la música. Estoy ocupando el tiempo en ir muy adentro y reflexionar sobre muchos de los retos a los que me he enfrentado en los últimos años y sobre las lecciones que he aprendido. Poniendo la maquinaria en marcha para que tengan lugar cambios necesarios y encontrar nuevo combustible para el Fuego. Siento que no me queda nada que decir. He indagado mucho en la oscuridad y he mirado fijamente al vacío y quiero ver qué hay Más Allá.

-Ésto es todo por nuestra parte, gracias una vez más por tu tiempo. Si quieres añadir algunas últimas palabras, algo que te gustaría resaltar o algo que nos hayamos olvidado mencionar; tómate la libertad de hacerlo.

Me gustaría darle las gracias a todas las personas, tú incluida que, de una manera u otra, han apoyado este proyecto, y por la abrumadora respuesta que ha recibido. ¡¡Muchas gracias!! Es un honor.

Tania Giménez

tania@queensofsteel.com

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