Nuevo trabajo de los alemanes RAGE y, no sé por cuántos van ya, de nuevo un disco característico de los últimos tiempos, aunque quizás con más partes clásicas que los anteriores. Un álbum sin riesgos, con temas como «True» y «Blame it on the Truth», que tienen el inicio habitual del sonido RAGE. Son unos cortes más a medio tiemo que otra cosa, con un sonido cavernoso, distorsionado y duro pero, como siempre, con esos cambios donde aparece el estribillo y esa clase de estrofas que ya empiezas a memorizar. Por otro lado, «Let them Rest in Peace» y «For those who Wish to Die», tienen ese groove especial de los últimos trabajos de la banda. También son unas canciones que, sin ser rápidas ni lentas, saben amortiguar bien ambos sonidos y darle esa parte más rocosa, con los juegos vocales tan personales de Peavy entre el Power alemán de toda la vida y tonos más guturales.

«Chasing the Twilight Zone» de entrada tiene ese ritmo de cabecera de lo que en la televisión catalan conocíamos como «La Dimensió Desconeguda» (La dimensión desconocida). Me ha hecho esbozar una sonrisa nostálgica. Y el tema, pues esta vez cargado de melodía tanto vocal como musical, aunque siempre con ese punto alto en los riffs crudos. De momento, quizás la pista más asequible, con un solo muy atmosférico y rápido y, de nuevo al final, la música de cabecera que comento al principio. En cambio, «Tomorrow» y «Wings of Rage», aunque mantienen el tempo más metálico de la placa, en unos títulos con ese plus speedico y característico que ya tenía en AVENGER y en los primeros discos ya como RAGE. Por ejemplo, tienen el mismo patrón que el anterior en lo que a nostalgia y melodía se refiere. «Shadow over Deadland» son 36 segundos en una especie de intro oscura que da paso a «Nameless Grave», un tema con su dureza pero con sinfonía, y me refiero a orquesta, como en aquellos, ya viejos, discos llamado «Ghost» o «XIII». Un corte a medio tiempo, como digo, con mucha orquestación y unos cambios y pasajes muy envolventes cargados de melancolía, misterio y unos punteos que dan escalofríos, para pasar a «Don’t Let me Down», otra canción que recuerda más a sus vbiejos tiempos. Una pista básica, sin grandes alardes, podríamos decir que hasta plana, pero con esos elementos que la banda sabe colocar en su sitio, como la velocidad en los cambios de ritmo, los rifs híper heavies y la modulación germana metálica de Peavy. Con «Shine a Light» llegamos al momento tranquila del redondo; una balada al uso, de las que gustan, con sus pausas, un inicio incluso algo Blues, pero que crece épicamente con un Peavy de voz limpia y pulcra, y unos solos muy ambientales. Terminamos con «HTTS2.0». Es la versión del clásico «Higher than the Sky» del disco «End of All Days». No sé si había necesidad de volverla a hacer; es igual pero modernizada y mecanizada, solo el estribillo sigue intacto, aunque Peavy le añade algún «sky» más.

En fin, no es mal disco, tampoco pasará a la historia, pero seguro que gusta a los fieles y a los que aún buscan esos sonidos básicos en las bandas de toda la vida.

Steamhammer / SPV (2020)
Puntuación: 8/10

Paco Gómez
paco@queensofsteel.com

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