PROCESSION – 26/11/2017 (Sala Rocksound)

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Se notaba la cercanía del invierno conforme nos acercábamos a la sala Rocksound el 26 de noviembre con la noche sobre nuestras cabezas y la luz de las farolas intentando disiparla. Íbamos a encontrarnos con la densidad, con una oscuridad mayor que la que veían nuestros ojos. La que nos brindaron Procession y sus compañeros, Epitaph. La fatalidad inundó durante unas horas el pequeño rincón donde estábamos confinados y alzamos nuestras voces y nuestros puños ante ella.

La gente se apiñaba en el exterior de la sala. Tuvimos que esperar veinte minutos más de lo previsto para entrar pero el espectáculo comenzó muy cerca de la hora anunciada. Urnas con velas y una calavera con las cavidades luminescentes fueron el preludio de lo que nos íbamos a encontrar esa noche. Cantos a las bajas pasiones y a la parte más prohibida de nuestro interior.

 

El sonido para ambas bandas fue bastante impecable. La sala Rocksound tiene una sonoridad y un equipo de trabajadores que ya lo quisieran salas más grandes y conocidas. En esa ocasión, la experiencia musical fue más completa. La batería no sobresalía demasiado, el bajo se escuchaba y la guitarra y la voz nos llegaron de forma adecuada. Además, las características de la sala eran las adecuadas para este tipo de fechas: recogida e íntima, con cierto toque clandestino y fotos de conciertos por las paredes ayudaba  a introducirse más en los conciertos.

Epitaph tuvieron buena comunicación en el escenario y se notaba que lo estaban pasando muy bien. No llegaron a tener ese nivel de complicidad con el público, que estaba un poco inmóvil. Aún así era bastante numeroso para ser Epitaph la banda invitada. Su puesta en escena recordaba a las bandas de los 70. Su doom también recordaba a esa época y estaba lleno de misticismo oscuro.

Sus temas se pasearon entre los dos trabajos que tienen en el mercado. Gossamer Claws fue visceral y enérgico, estuvo lleno de giros y fue una mezcla entre épica y decadente. A partir de este tema, el segundo de su set, Emiliano comenzó a interpretar, gesticular con sus manos, cara y cuerpo para dar a su show un toque más teatral. Incluso se bajó del escenario a mezclarse con el público.

Waco the king, resultó malvada,  hechizante y ligeramente oriental. The battle of the inside hizo que el terror nos acariciara. Necronomicón resultó más dura y agresiva y contó con un solo distorsionado y vibrante. Y terminaron sin más, sin avisar o despedirse, de una forma bastante sosa. Sobretodo si contamos la performance anterior, la expresividad de las cuerdas de Lorenzo y Nicola y la contundencia de la batería de Mauro durante los treinta y cinco minutos que duró el show.

Tras un cambio rápido de unos veinte minutos, Procession abrieron con una intro operística y fantasmagórica. Apasionaron y llenaron tanto al público como a la sala. La acogida que les dieron, sobretodo en las primeras filas, rozaba la devoción, algo complicado de ver en el respetable de nuestra ciudad. Las melenas no dejaron de agitarse y las gargantas corearon los temas de principio a fin. Felipe hablaba mucho, pero mucho, y se deleitaba diciendo insultos de su Chile natal. También pudimos celebrar el cumpleaños (o no cumpleaños según Felipe) de Jonas en ese directo.

El público los arrastró a hacer un par de bises, aunque fuera con la luz encendida, no les iba a dejar marcharse así como así. Fueron cerca de noventa minutos densos y pesados en los que el sonido perdió un poco  de calidad y limpieza pero eso no perjudicó al ambiente que se había creado. Sus componentes demostraron tablas y profesionalidad y no dejaron a nadie indiferente.

En cuanto al set puedo destacar . To Reap heavens apart me hizo pensar en tortura, sacrificio y desastres. All the descending suns de su nuevo CD Doom Decimation se desplomó sobre todos nosotros de forma vibrante y magnética. Lonely are the ways of the Stranger nos trajo el terror, la indefensión y la soledad y fue mi preferida entre todas. Solitude fue el cover de Candlemass con el que enloquecieron al público, y la sala se vino abajo con One by one they died, el final apoteósico de su actuación. No hubo tanto teatro pero tampoco les hizo falta, ellos y su música bastaron para enfervorecer a sus fans.

Y hasta aquí mi crónica de Procession y Epitaph. Pudimos vivir una noche con dos bandas que derrochan actitud y una densidad opresiva y atrayente. Y como en Chroma Nation van mejorando la gestión de los tiempos y en convocatoria del público. Extremo, Rocksound y Chroma es una combinación que está dando muy buenos resultados. Agradezco a Chroma la acreditación y la amabilidad en el trato.

Nos vemos en la próxima

Noelia Montalbán
Noe@queensofsteel.com

Fotos: Tania Giménez
Tania@queensofsteel.com

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