DORO – Sala Razzmatazz 25/11/2012

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Muchas vocalistas y músicos femeninas han dejado huella dentro del mundo del Rock y del Metal, pero solo ella se ha ganado a pulso el título de la reina del Metal. La única, que el paso de los años, ilusión y pasión por lo que hace la han curtido y convertido en una gran estrella, pero siempre con los pies en el suelo. Las ganas por su trabajo la mantienen en tierra y, como los buenos vinos, no hace otra cosa que mejorar con los años. Y es que, sí señores, el pasado domingo la gran Doro se dejaba caer por la Ciudad Condal, cerrando así sus fechas españolas en esta gira promocionando su último trabajo, «Raise your Fist».

Puntuales al horario estipulado, a las 19:30 se abrieron las salas de Razzmatazz para dejar paso a la cola que se formaba desde varios minutos antes de la apertura de puertas y, tras media hora, subieron al escenario los checos SEVEN para ir caldeando el ambiente. La joven banda (aunque ya cuentan con seis trabajos de larga duración) venía presentando su último «Freedom Call» lanzado, al igual que lo nuevo de doro, a través de Nuclear Blast. Como era de esperar, se centraron en esta última obra, dejando caer cortes como «Wild in The Night», la homónima «Freedom Call» o «Suicide Fall» entre algún que otro guiño a anteriores compactos.

Con su Metal cargado de distintas influencias, pasando del Power Metal al Heavy o el Metal más moderno con mucho groove y voces rotas, lograron animar al público interactuando con el en todo momento, regalándonos también una buena puesta en escena (además de un gran sonido). EL vocalista no dejó de moverse por el escenario, al igual que el resto de sus compañeros, aunque cabe destacar la labor del guitarrista y bajista, sin dejar de hacer peripecias, de intercambiarse su labor sin descolgarse sus instrumentos… Incluso en cierto momento tocaron con púas en la punta de un taladro encendido. Sin duda, se trabajaron su actuación sobre el escenario en todos los aspectos, y en los 30 minutos que duró su concierto, nos dejaron a todos con un buen sabor de boca.

 

Tras varios minutos preparando un escenario espectacular, después de una breve intro y de que la banda de la germana saliera al
escenario como un verdadero torbellino, por fin salía Doro a escena, camuflándose entre las ovaciones del público que ardía en deseos de verla. Y es que, como ella mismo repitió en varias ocasiones durante el concierto, el cariño que le dan sus seguidores españoles es increíble y, por ello, siempre se siente como en casa cuando se deja ver por nuestro país, eso por no mencionar lo agradecida que se mostraba cada vez que los fans allí congregados mostraban su cariño por la carismática vocalista. Pero, sentimentalismos aparte, Doro salió con su energía habitual, respaldada por una increíble banda que se movía sin parar por el escenario arrasando con todo, como si de un huracán se tratara, para interpretar tres trallazos, tres verdaderos clásicos seguidos como fueron «Hellraiser», «I Rule de Ruins» y «Burning the Witches» (lo cierto es que en el repertorio hubo muchísimas canciones de su época como WARLOCK). Hacia el final de «Burning the Wiches» la cantante bajó al foso para cantar con sus seguidores, dándoles el micrófono y, cómo no, sin borrar de su rostro una amplia sonrisa. Algo que, por cierto, repetiría en más ocasiones a lo largo del concierto y, obviamente, los seguidores que se encontraban aquella noche en Trasmatas (muchos aún con resaca del Metalcova) lo agradecieron mucho. De hecho la cercanía con su público y la sencillez de Doro fueron algo muy a destacar, aunque todos ya sabemos la amabilidad de la artista, además del respeto a sus seguidores y su ilusión por lo que hace.

Sin duda, una buenísima forma de empezar un concierto por todo lo alto, dando la sensación de que eso solo era una pequeña prueba de lo que estaba por llegar. De hecho, uno de los tantos puntos fuertes del concierto fue el excelente repertorio, y siguieron demostrándolo con canciones de la talla de «Night of the Warlock», «True as Steel», «Fight for Rock» o «Hellbound». También hubo un momento para presentar a la implacable banda (formada por el bajista Nick Douglas, que lleva ya más de dos décadas acompañando a la alemana, al siempre gran Johnny Dee, veterano a las baquetas, con mucho carisma y una increíble precisión al más nuevo en la banda pero no en la escena musical Bas Maas, además del guitarrista Luca Princiotta, compañero en SONS OF SEASONS del excomponente de la banda Olvier Palotai, y en esa ocasión también el teclista Harrison Young). Desplegaron en todo momento calidad, energía, cercanía y, por encima de todo, diversión. Por otro lado, Doro mantiene intacta su potente voz, a la par que su eterna sonrisa que siempre la acompaña cuando está sobre un escenario. También hubo una muestra del veterano batería Johnny Dee tras el kit, ofreciéndonos un gran solo y ejerciendo a la vez de showman con su gran carisma. Un buen solo, y entretenido, en el que hizo guiños a QUEEN y KISS con la inconfundible batería de «We will Rock you» y «Love it Loud». Posiblemente dos de los temas con unos beats iniciales más inconfundibles, además Johnny nos hizo corear parte de los temas.

Y tras un gran solo volvió la banda al completo, y fue entonces cuando interpretaron canciones como «Revenge» (una de las tres que interpretaron del último disco), «Raise your Fist in the Air», «Earthshaker Rock» o «Metal Racer». El momento emocional llegó cuando solo permanecieron sobre el escenario Doro, Johnny Dee y Harrison para interpretar la imprescindible balada «Für Immer», donde el público se emocionó y desgañitó cantando las dos frases en español del corte (aunque también fue sorprendente escuchar a más de uno cantar la letra en alemán). Y tras el momento sensible volvió la banda al completo a la carga, de nuevo con las pilas al máximo, para seguir descargando Heavy Metal sin pausa con canciones como «All we Are», el himno DORO/WARLOCK por excelencia, uno de los mejor recibidos y prácticamente el clímax del concierto. Aunque la cosa no acabó ahí, y «Burn it Up» fue un verdadero torbellino. Breve pero intensa, sin duda.

Después llegó otro de los momentos más emocionantes del concierto, y fue cuando Doro dedicó una de las canciones de su último disco («Heroe») a, según ella: «uno de los mejores músicos y personas», el pequeño gran Ronnie James Dio. Aprovecho la ocasión para pedirle a una de las asistentes su camisa de Dio, se la puso y empezó a interpretar ese tema que comienza y termina como balada, pero que es una canción de auténtico Heavy Metal con el que animarnos y guardar un gran recuerdo (y recordarlo con una sonrisa) de Dio. La gente entendió el homenaje coreando al unísono con los cuernos en alto el nombre de Dio al final de la canción. También hubo lugar para más sorpresas, como interpretar el himno del Wacken (para Doro, uno de los mejores festivales, además nos recordó que estará allí tocando en la próxima edición), «We are the Metalheads». Otra pista que el público recibió con muchísimas ganas fue la versión de «Breaking the Law», cuando Doro recordaba su primera vez en España en 1986, teloneando a JUDAS PRIEST. Un tema que gustó enormemente, que fue coreado de principio a fin, aunque fuera sin UDO. También entonaron el tango metalero, «Metal Tango», o incluso nos regalaron una (creo que inesperada) segunda balada, «Beyond the Trees». Finalmente, pusieron un gran broche a un concierto aún más grande con la genial «When East Meets West».

Espectacular concierto en todos los aspectos por parte de todo el grupo; espectacular repertorio (que, por cierto, alargaron sobre la marcha, siendo más extenso de lo previsto), espectacular sonido, ejecución, tablas, pasión, ganas y sencillez. Espectacular la forma en que el público fue partícipe del show, formando banda y asistentes un único elemento, ambos igual de importantes.

Doro transmite una alegría increíble, y es algo muy admirable tras más de 30 años de carrera musical y teniendo en cuenta su estatus en el mundo del Metal. Es admirable el brillo de sus ojos y su sonrisa, las ganas e ilusión que transmite, ese enorme respeto y cariño por sus seguidores (que ya ha demostrado con canciones como «You are my Family», la cual  también interpretaron, siendo precedida por Doro con un “sois una familia del Heavy Meta“, en español) y su cercanía, simpatía y amabilidad con ellos. Siempre es un lujo que artistas como ella se dejen pasar por aquí, donde el respeto es mutuo y, por lo visto, según sus propias palabras, el cariño también (no dejó de hacer dejar caer alguna que otra palabra en castellano durante su visita, incluso varios «os quiero»). Un concierto perfecto, con una banda muy compacta a la que se le quedó pequeño el escenario, sin duda, pero también lleno de alegría y diversión. Hace muchos años que Doro se enfundó en sus trajes de cuero y tachuelas para ser fiel a su pasión y enamorarnos al instante. Y es que, hace poco que se ha marchado, pero apuesto que todos ya estamos deseando verla de nuevo.

 

Tania Giménez

tania@queensofsteel.com

 

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