GOATWHORE – Blood for the Masters

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Siempre ha estado claro que la escena musical en New Orleans goza de perfecta salud, así lo han confirmado las largas trayectorias de un buen puñado de bandas que ya se han consolidado, eso si, todas ellas en una dirección más «Blues». GOATWHORE siempre han sido otra clara confirmación de que en New Orleans parece centrarse gran parte del potencial musical de Estados Unidos, aunque ellos rompiendo la norma y optando por el Metal extremo (dejémoslo así, porque es imposible describirlos con una rama en concreto). El caso es que estos yanquis regresan con su nuevo (y quinto trabajo de larga duración) «Blood for the Masters». Regresan tras algún cambio de formación que no parece haber afectado en absoluto a su solidez y a su buen hacer.

«Blood for the Masters» es, simplemente, un título muy Metal, quizás genérico pero, ¿acaso se han dado GOATWHORE alguna vez a los experimentos? La respuesta es clara, «no», y tampoco es eso lo que quieren los seguidores del combo de Nueva Orleans. Nunca abandonan su estilo, pero tampoco se encierran: siempre encuentran espacio y posibilidades de desarrollar su sonido e ir perfilándolo cada vez más. Como no, ese es también el caso (o quizás la prueba más fehaciente) de este nuevo trabajo. Primer trabajo, por cierto, con James Harvey tras la salida de Nathan Berger el cual aporta, como no podía ser de otra forma, el habitual sonido sólido y compacto de la banda, aunque en esta ocasión estos dos adjetivos se deberían resaltar aún más.

El redondo abre con el primer single del disco «Collapse in Eternal Worth». Un corte brutal, potente y directo. En esta pista se mezclan influencias Black con riffs, en general, bastante rockeros, aunque en el estribillo toman una dirección más Death. Sin duda, una buena forma de meterte en el álbum.

Desde este primer momento destaca, como es habitual en ellos, la exquisita ejecución de GOATWHORE, demostrando que aprovechan al máximo la experiencia y los años. En esta brillante ejecución destacan siempre la sublime mezcla entre guitarras rockeras y Black, alejándose tanto del llamado «Death/Black N’ Roll» como del BM porque, sencillamente, estos chicos mezclan todo de una forma que no puedes decantarte por una sola etiqueta (aunque en ella se unan géneros). Unifican y juegan con elementos de los estilos ya mencionados al igual que lo hacen con el Thrash (quizás al estilo CELTIC FROST especialmente) y el Heavy Metal. El sonido y resultado final de unas buenísimas composiciones (realmente cuidadas) es, simplemente, desvastador: cambios de ritmo y de atmósfera por doquier, mucho sentimiento y un resultado final ameno, inteligente e interesante. Y es que cada canción es un mundo completamente distinto en las que siempre hay un vínculo en común: el sonido y personalidad GOATWHORE. Absolutamente cada corte es digno de reseñar, no hay ningún tema de relleno como, por desgracia, suele ser ya habitual en cualquier álbum.

Las mezclas son siempre sello de la casa, y no únicamente entre estilos, sino entre un sonido pesado pero pegadizo, siempre apoyado por una base rítmica muy potente y siempre presente. Las letras tampoco han cambiado esta vez, buenas dosis de blasfemia que encajan con el sonido y la voz de Falgoust, quizás una de las voces mas infravaloradas del género, derrochando personalidad y que en «Blood of the Masters» demuestra estar en plena forma, además de que Falgoust tiene una capacidad abrumadora para variar sus registros con los cambios que habitan en su música.

Por si todo esto fuera poco, en este álbum cada instrumento tiene su propio espacio, la música tiene más espacio para respirar, y eso es algo que destaca. Especialmente se debe a la excelente producción de la cual se ha encargado, una vez más, Erik Rutan en sus Mana Studios. Una producción actual que contrasta con la base tradicional de GOATWHORE, haciendo que sea un grupo de corte clásico pero no retro, algo que hoy en día parece realmente difícil de conseguir. Sin duda, entre otras cosas, eso es algo que les da personalidad.

Si «Carving out the Eyes of God» ya fue un disco muy guitarrero, «Blood for the Masters» van un paso más allá en ese sentido (de hecho «Parasitic Scriptures of the Sacred Sword» es una gran prueba de ello y, por cierto, es también una de las canciones más pegadizas del compacto). Las guitarras brillan por su presencia pero también por una interesantísima labor: son my dinámicas; sin dar un cambio drástico siguen probando nuevos enfoques y aportan a cada tema su propia atmósfera, su propio carácter, haciendo especialmente visible en ellas que GOATWHORE no se encierran en un único estilo. También se trata de un plástico todavía más rápido y extremo (aunque encontramos varios medios tiempos). Y es que GOATWHORE, sin perder su esencia, no se repiten, y su nueva obra no podría ser una prueba más clara porque, aunque siguen por los derroteros de su anterior «Carving out the Eyes of God» con esa línea más brutal. De hecho, el gran balance entre la brutalidad incesante y ritmos pegadizos hace que esta placa sea especial y muestra la maestría de la banda (tanto compositiva como interpretativa).

Temas como «Embodiment of this Bitter Chaos» tienen un enfoque más moderno. Se trata de uno de los títulos más densos del trabajo (con unas interesantísimas guitarras), solo sube en el estribillo. En el mezclan riffs muy Thrash que se fusionan con inspiraciones más BM para crear algo, una vez más, indescriptible. «When Steel and Bone Meet» tiene una base Heavy Metal llevada al extremo para presentarnos también riffs rockeros. En ese aspecto es similar a «Beyond the Spell of Descontent». Si MOTÖRHEAD se decantaran por el Metal extremo, posiblemente sonarían así. Por otra parte, «Deathless Tradition» tiene un breve solo realmente reseñable, y no solo por su impecable ejecución, sino por su personalidad. Mientras que canciones como «And end to Nothing» muestran la parte más cruda, directa y sucia de GOATWHORE, repleta de actitud. Sencillamente, no hay adjetivos o géneros posibles (fuera de «Metal extremo») para definir lo que estos tipos llevan tantos años haciendo.

 

Si GOATWHORE nunca os han decepcionado, mucho menos lo van a hacer ahora. ¿Para qué cambiar la receta si siempre funciona tan bien? Ese no sería su estilo.

Metal Blade (2012)

Puntuación: 9/10

Tania Giménez

tania@queensofsteel.com

 

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